Actualidad

La coherencia de Argentina

No pudo elegir mejor fecha el gobierno de Argentina para retirarse del Grupo de Lima en discrepancia con el supuesto aislamiento de Venezuela. Lo hizo el 24 de marzo, aniversario del cruento golpe militar de 1976. Más coherencia, imposible. El régimen de Nicolás Maduro comete crímenes de lesa humanidad, como lo corroboró la expresidenta chilena Michelle Bachelet, alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, pero los Fernández, Alberto y Cristina o viceversa, pasan página con la excusa del vil intento de “aislar al gobierno de Venezuela y a sus representantes” con el reconocimiento como mandatario interino de Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional”. Un día antes de esa decisión, Argentina y otros países apoyaron en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU una resolución que condena “el impacto negativo de las medidas coercitivas unilaterales en el disfrute de los derechos humanos” en Venezuela, Cuba y otros paraísos democráticos. Una suerte de defensa de la soberanía de sus gobiernos, más allá de la crisis humanitaria de sus pueblos, para evitar las sanciones (leer más)

Política

El idioma del resentimiento

La tendencia en Twitter era “golpe de Estado”. No se refería al de Mali, el primero durante la pandemia, sino a la inusitada reacción de los muchachos trumpistas contra el resultado de las elecciones de Estados Unidos y, cual broche, contra la mayoría demócrata en ambas cámaras del Congreso. Un espaldarazo para el presidente electo, Joe Biden, después de haberse asegurado las dos bancas del Senado en disputa en el Estado de Georgia. Ante la igualdad de escaños, desempata la vicepresidenta, Kamala Harris. Algo tan intolerable para Donald Trump y los suyos que tomaron por asalto el Capitolio guiados por un lenguaje común. El del resentimiento. En las primeras elecciones de la historia, entre 1788 y 1789, Estados Unidos estrenó el Colegio Electoral. El único candidato a presidente, George Washington, ganó con el ciento por ciento de los votos. Quizá como hubiera pretendido en las del 3 de noviembre de 2020 el actual presidente, eje de una suerte de referéndum en un país polarizado cuyos fanáticos insisten en creerle. O en interpretar a ciegas que (leer más)

Política

La compañera de Biden

De ganar las elecciones del 3 de noviembre, Joe Biden será el presidente más viejo de la historia de Estados Unidos. Cumplirá 78 años un par de semanas después, el 20 de ese mes. De ahí la importancia de su compañera de fórmula. Una virtual sucesora. Biden prefirió entre una docena de posibles candidatas a Kamala Harris. La decisión de completar la boleta demócrata con ella coincide con la coyuntura. La de la ira en varias ciudades contra la segregación racial y la violencia policial por el brutal crimen de George Floyd. Harris, senadora desde 2007, es la única mujer negra en el Senado. Se trata de la tercera candidata a vicepresidenta de la historia después de Geraldine Ferraro, compañera de Walter Mondale en 1984, y de Sarah Palin, compañera de John McCain en 2008. Las fórmulas mixtas, una demócrata, la otra republicana, no sumaron votos hasta ahora. Mondale perdió por paliza frente a Ronald Reagan, reelegido, y McCain no pudo evitar el fenómeno Barack Obama. Biden apostó por la hija de una científica especializada (leer más)