Política

El asesinato de una reputación

En los primeros seis meses de gestión del presidente Javier Milei, el 37 % de las agresiones contra periodistas provino del gobierno, según el Foro de Periodismo Argentino (Fopea). “La mayoría, agrega el informe, fue hecha por el propio presidente de la Nación”. Un récord y una paradoja. Aquello que era atribuido a los sucesivos gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, con su tirria hacia la prensa tradicional, giró a la derecha, si ellos eran de izquierda, con epítetos corregidos y aumentados sin más pruebas que los latigazos presidenciales. Palabra mayor desvalorizada por el intento de domesticar voces críticas. Eso también ocurría con los Kirchner y sus ministros, cómodos con periodistas convertidos en propagandistas y medios de comunicación afines que, nobleza obliga, eran premiados con la pauta de publicidad oficial, ahora suspendida. ¿Qué gana Milei con la hostilidad mientras sume al periodismo en la deslegitimación? Tiempo y distracción frente a una sociedad doblegada desde la crisis de 2001. En apenas dos semanas, Milei atacó a 33 periodistas y 12 medios de comunicación. Otro récord: 45, (leer más)

Política

Impeachment o caos

La consigna quedó clara: “Nunca nos rendiremos. Nunca cederemos. Eso no pasará. No se concede cuando se trata de un robo. Nuestro país ya ha tenido suficiente. No lo soportaremos más, y de eso se trata esto”. De eso se trata, según Donald Trump, el caos dentro del caos con el cual culmina el primer capítulo de su carrera política. Frente a la resistencia de los republicanos a declarar su incapacidad por enfermedad física o mental, como prevé la Enmienda 25 de la Constitución, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, apuró el único recurso disponible para salvar los muebles de la democracia: el impeachment. El segundo contra Trump en cuatro años después de haber zafado en 2020, gracias a los suyos en el Senado, de las imputaciones por haber presionado a su par de Ucrania, Volodymyr Zelensky, para que le aportara pruebas de los negocios en ese país de Hunter Biden, hijo de Joe Biden, ahora presidente electo. La mayoría demócrata de los representantes aprobó aquel juicio político, el tercero en historia (leer más)

Política

El idioma del resentimiento

La tendencia en Twitter era “golpe de Estado”. No se refería al de Mali, el primero durante la pandemia, sino a la inusitada reacción de los muchachos trumpistas contra el resultado de las elecciones de Estados Unidos y, cual broche, contra la mayoría demócrata en ambas cámaras del Congreso. Un espaldarazo para el presidente electo, Joe Biden, después de haberse asegurado las dos bancas del Senado en disputa en el Estado de Georgia. Ante la igualdad de escaños, desempata la vicepresidenta, Kamala Harris. Algo tan intolerable para Donald Trump y los suyos que tomaron por asalto el Capitolio guiados por un lenguaje común. El del resentimiento. En las primeras elecciones de la historia, entre 1788 y 1789, Estados Unidos estrenó el Colegio Electoral. El único candidato a presidente, George Washington, ganó con el ciento por ciento de los votos. Quizá como hubiera pretendido en las del 3 de noviembre de 2020 el actual presidente, eje de una suerte de referéndum en un país polarizado cuyos fanáticos insisten en creerle. O en interpretar a ciegas que (leer más)