Política

Cien años en cien noches

Franklin Delano Roosevelt concedió 100 días al Congreso de Estados Unidos para la sanción del paquete de leyes del New Deal. Desde entonces, 1933, son la gracia que pide todo presidente nuevo para ser evaluado. En su discurso inaugural, John Fitzgerald Kennedy también aludió a los 100 días. Que quedaron inscriptos en la historia mucho antes, como los transcurridos entre la fuga de Napoleón de la isla de Elba y la batalla final de Waterloo, aunque, en realidad, hayan sido 116. Lejos de esos episodios, Donald Trump desacreditó la marca en su primer mandato. La llamó “estándar ridículo”. Curiosamente, Trump hizo por ese motivo el primer viaje oficial de trabajo dentro del país desde que asumió su segundo mandato, el 20 de enero. En el condado de Macomb, Michigan, bastión electoral republicano en el cual operan las industrias automotrices General Motors, Ford y Stellantis, insistió en golpearse el pecho a 100 días de haber asumido el cargo por haber impulsado el cambio más profundo en Estados Unidos en 100 años. Y advirtió: “Solo acabamos de (leer más)

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La alteración del orden liberal

Tal como lo describe Alejandro Anaya Muñoz en su columna La amenaza de Trump al Mundus Liberalis, publicada en el periódico mexicano Milenio, “el orden internacional y doméstico de inspiración liberal ha entrado a una especie de tobogán (político, social, cultural y económico) de alta velocidad y sin freno de mano, que pareciera tener como destino otro tipo de orden, en todos los niveles”. Anaya Muñoz, vicerrector académico y profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Iberoamericana de la ciudad de México y consejero académico de CADAL, observa en el programa Cuarto de Hora, de CADAL TV, que la política exterior e interior de Estados Unidos repercute en todo el mundo. El segundo mandato de Donald Trump representa un desafío para los principios que sustentan la democracia de Estados Unidos y su papel en el mundo. Se trata, en casa, de centralizar el poder; minar la burocracia con la ayuda del hombre más rico del mundo, Elon Musk; expulsar sin compasión a migrantes no siempre al margen de la ley, y politizar la justicia. En (leer más)

Política

Pilotos de tormentas

Entre tanto ismo, el mundo pasó del nacionalismo, causante de las dos guerras mundiales del siglo XX, al globalismo, latente al final de la Guerra Fría, y derrapó en el populismo. Mote ambiguo, frecuente tanto en derechas como en izquierdas. Representa la proyección de líderes cabreados con el sistema que, casualmente, se valen del sistema para monopolizar el poder. Una curiosa alquimia totalitaria, a veces bajo el alero de la democracia. Suelen jugar al límite, como quien tira de la cuerda hasta vulnerar las potestades de los otros poderes. ¿Qué otros poderes, se preguntan, si ellos representan al pueblo? Las órdenes ejecutivas de Donald Trump, mientras barre áreas y programas estatales con la ayuda del hombre más rico del mundo, Elon Musk, son una respuesta a los anhelos de su pueblo. Lo votaron por esa razón y, también por esa razón, le extendieron un cheque en blanco para dominar los otros poderes: el legislativo y el judicial. Como apuntan Steven Levitsky, profesor de Estudios Latinoamericanos y Gobierno en la Universidad de Harvard, y Lucan A. (leer más)

Catalejo

El arte de la provocación

Delirios de magnate: comprarle Groenlandia a Dinamarca, recuperar el control del Canal de Panamá y, por si fuera poco, que Canadá se convierta en el Estado número 51 de Estados Unidos. Cualquiera diría que se trata de fake news si esos tres propósitos no hubieran sido formulados por Donald Trump, mentor de ese latiguillo contra todo aquello que no comulgara con su egolatría. El presidente electo cultiva como en su primer mandato el arte de la provocación. Una forma sencilla de hacer enemigos entre los amigos para negociar después una solución habitualmente rentable para sus intereses. Trump nació en Queens, condado de Nueva York rodeado de islas. Su madre, Mary Anne MacLeod, vino al mundo en una isla. La de Lewis, en el norte de las Hébridas Exteriores, Escocia. No es extraño que, después de haber amasado su fortuna en el negocio inmobiliario, pretenda comprar una isla. No cualquiera. La más grande del mundo: Groenlandia, territorio autónomo perteneciente al reino de Dinamarca. Era uno de los sueños de otro presidente de Estados Unidos, Harry Truman. (leer más)

Catalejo

La maldición del pulgar

Error con error se paga. Le atribuyen a la pintura Pollice Verso, obra del pintor francés Jean-Léon Gérôme en1872, el consenso de un pueblo sediento de sangre que saca el puño y extiende el pulgar hacia arriba (pollice verso, pulgar girado) en un anfiteatro colmado. ¿Significaba la ejecución, como en las películas y las series sobre Roma? No. El pulgar hacia arriba apuntaba al cielo, la salvación, y el pulgar hacia abajo apuntaba al infierno, la muerte. Antes de las redes sociales, el pulgar hacia arriba era una señal halagüeña, algo así como una aprobación o un deseo de buena fortuna. El zoólogo, etólogo y pintor surrealista inglés Desmond Morris explica en el libro Gestures (Gestos) que el pulgar hacia arriba, no hacia abajo, era la señal para apuñalar al caído y enviarlo al averno. Sin emperadores ni gladiadores, el emoji del pulgar hacia arriba pasó a ser un sinónimo de like, okay, todo bien, me gusta o como quiera llamárselo. Y llegó a los tribunales de Canadá. La compañía Swift Current, de la provincia (leer más)

Sociedad

La deriva política de Haití

Cuando el primer ministro en funciones de Haití, Ariel Henry, regresó a Puerto Príncipe desde Buenos Aires, donde participó de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), el panorama era aún más desolador que cuando había partido. Policías vestidos de civil atacaron su casa como correlato de una protesta por la muerte de varios de los suyos a manos de las pandillas, dueñas y señoras de un país que perdió la última institución elegida democráticamente: el Senado. Diez senadores concluyeron sus mandatos en enero. Como no hay elecciones desde octubre de 2019, el interinato de Henry se convirtió en una suerte de dictadura de facto sin un solo senador ni un solo diputado y sin certeza sobre la posibilidad de que los haitianos concurran a las urnas. Desde el crimen en julio de 2021 del presidente Jovenel Moïse, que gobernaba a golpes de decretos, Henry tomó las riendas del país. Había sido designado por Moïse, asesinado dos días después. Al no haber legisladores, el Congreso no pudo confirmarlo constitucionalmente. La última (leer más)

Política

El convoy de la libertad

Así como la ultraizquierda y sus versiones descafeinadas se apropiaron de la expresión derechos humanos como si las revoluciones de ese signo los hubieran respetado, la ultraderecha se florea con una palabra clave: libertad. En los Países Bajos, el Partido por la Libertad tiene un fuerte sesgo xenófobo, al igual que en Estados Unidos el minoritario Partido Estadounidense de la Libertad, sucursal de la supremacía blanca emparentada con Donald Trump y los muchachos trumpistas. El nuevo hit, Freedom Convoy 2022, no sólo representa un movimiento de camioneros que se resisten a vacunarse contra el coronavirus. El convoy de la libertad, replicado en Francia, Alemania, Finlandia, Bélgica, el Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda, enarbola una protesta mancomunada contra la llamada dictadura sanitaria. ¿El precio en Canadá? La cabeza del primer ministro, Justin Trudeau, tildado por Trump de “lunático de la extrema izquierda”. ¿El costo? Las demoras de varias horas ponen en riesgo el suministro de productos frescos, ganado, repuestos de vehículos y otros bienes en Estados Unidos. ¿La ganancia? Los organizadores recaudan fortunas en plataformas (leer más)

Sociedad

¿Debe ser obligatoria la vacunación?

Que la vacuna tal, que la vacuna cual, el mundo avanza a diferentes velocidades en el afán, supuestamente generalizado, de frenar la ola de contagios y de muertes por el coronavirus. En algunos países, con exceso de dosis. En otros, con escasez de la segunda. Y en otros, sin la primera ni la siguiente ni, menos aún, el potencial refuerzo de una tercera. La carrera contra la variante Delta, con mayor carga viral que las anteriores, tiene varios obstáculos. Desde el acierto hasta la impericia de los gobiernos y, cartón lleno, la resistencia de aquellos que desconfían de la vacuna o rezongan contra el autoritarismo de sus autoridades. Todo confluye en la madre de todas las dudas: ¿libertad individual o compromiso colectivo? Sólo el 14,7 por ciento de la población mundial recibió las dos dosis de la vacuna tal o cual, según Our World in Data. El 28,5 recibió una. Si en Europa se vacunaron con una dosis 85 de cada 100 personas, en Oceanía la proporción disminuye a 34. En Argentina, poco más de (leer más)

Política

La vacuna del nacionalismo

El nacionalismo, causante de las peores tragedias en el siglo XX, encontró un nuevo filón en la vacuna contra el coronavirus. La disputa, por más que se base sobre la cooperación científica entre laboratorios de varios países, no pone en riego la democracia, sino su calidad y, en cierto modo, las relaciones internacionales. Si Donald Trump se llevó el mundo por delante con el lema America First, ahora podría hacerlo con otro acaso más preocupante: Vaccine First. El afán de Estados Unidos en desmarcarse de la Organización Mundial de la Salud (OMC) prosigue con la compra de millones de dosis para superar el trance antes que ningún otro país. La disputa por ser el primero en disponer de la vacuna, una vez que se compruebe la eficacia de las que están en ensayos clínicos, se parece al comportamiento que debemos adoptar cuando se despresuriza la cabina del avión y caen sobre nuestras cabezas las máscaras de oxígeno: “Los pasajeros que viajen con niños deben colocarse primero las máscaras y después colocárselas a los niños”. Las (leer más)

Política

Brotes, rebrotes y rebotes

Los brotes de rabia en Hong Kong comenzaron el 9 de junio de 2019 por una provocación. Un proyecto de ley iba a permitir la extradición de sospechosos de delitos a China. La iniciativa, impulsada por la jefa ejecutiva, Carrie Lam, con el consentimiento del régimen de Xi Jinping, marchaba a contramano del estatus de la región administrativa especial desde que dejó de ser una colonia británica. “Un país, dos sistemas”, según la Ley Básica de 1997. Los brotes derivaron en rebrotes en otras latitudes en solidaridad con aquellos que, desde el primer minuto, no dejan de ganar las calles para exigir que se respeten sus derechos. Las protestas en Estados Unidos comenzaron casi un año después, el 25 de mayo de 2020, en medio de la crisis sanitaria global, por otra provocación. El brutal asesinato de un ciudadano negro, George Floyd, bajo la rodilla de un policía blanco, Derek Chauvin, enardeció a Black Lives Matter (Las vidas negras importan). El colectivo nació curiosamente en 2013, durante el gobierno del primer y único presidente norteamericano (leer más)

Política

Guatemala, entre Trump y la pared

En vísperas del triunfo de Alejandro Giammattei en la segunda vuelta de las presidenciales de Guatemala, el actual mandatario, Jimmy Morales, firmó un controvertido acuerdo sobre migración con Donald Trump. Morales aceptó que su territorio se convierta en “tercer país seguro”. ¿Qué significa eso? Que aquel que pide refugio o asilo en Estados Unidos debe esperar en Guatemala. Un país cercado por la desigualdad, la pobreza, la corrupción y la violencia que no puede retener ni a los suyos. De no haberlo aceptado, Trump podía descargar la munición con la cual amenazó a México y torea a China: aranceles a las importaciones. El pacto no pasó por el Congreso. Morales, con menos poder de resistencia que Andrés Manuel López Obrador, claudicó y, en cierto modo, hipotecó el gobierno de su delfín, Giammattei, un exjefe de prisiones que asumirá en enero de 2020 después de cuatro candidaturas presidenciales y de haber estado preso durante 10 meses por ejecuciones extrajudiciales. En la primera vuelta había perdido con Sandra Torres, la ex primera dama que en 2011 se (leer más)

Catalejo

Honestidad propia, impunidad ajena

¿Por qué nos sorprende que ciudadanos de diferentes nacionalidades devuelvan billeteras y, en algunos casos, toleramos fortunas amasadas en forma inescrupulosa por políticos que ejercen cargos públicos? Quizá porque confiamos más en nosotros mismos que en aquellos que nos representan. O quizá porque, como ocurre en América latina y otros confines, nos conformamos con eso de “roban, pero hacen”. Lamentable, pero cierto. La honestidad personal prima sobre la corrupción, no condenada en las encuestas ni determinante en las elecciones. Los ciudadanos, según un estudio de investigadores de Estados Unidos y de Suiza publicado en la revista Science, devolvieron la mayoría de las 17.303 billeteras aparentemente perdidas en sitios públicos y privados de 355 ciudades de 40 países. Entre ellos, Argentina. Un supuesto turista se acercaba a alguien y le decía: «Hola, me he encontrado esto en la calle al doblar la esquina. Alguien debió de perderla. Yo tengo prisa y debo irme. ¿Podría usted encargarse, por favor?». Las billeteras, de plástico transparente, podían estar vacías o tener cantidades de dinero en monedas locales que variaban (leer más)

Economía

El otro muro de Trump

La guerra comercial entre Estados Unidos y China tiene una faceta inquietante. La del muro que pretende levantar Donald Trump frente a la red de internet de quinta generación o 5G. Sigue la lógica de los chinos, en realidad. La Gran Muralla, construida y reconstruida por varias dinastías durante más de un milenio, tenía como fin proteger al imperio de los ataques de nómades provenientes de Mongolia y Manchuria. La emergencia nacional dictada ahora por Trump frente a los afanes de la compañía china Huawei responde al mismo criterio: resguardar los intereses de Estados Unidos en vísperas de la cuarta revolución industrial. Todo muro tiene un fin defensivo. El de Trump frente a México, una de sus obsesiones, intenta persuadir a los inmigrantes de ese país y del Triángulo Norte de América Central (Guatemala, Honduras y El Salvador). El otro, el tecnológico, procura frenar el predominio de China en el mercado de las telecomunicaciones. El inminente desarrollo de una nueva generación de internet, más expedita y eficaz, representa para Trump “una carrera que Estados Unidos (leer más)

Política

Venezuela divide aguas entre Trump y Europa

Venezuela no sale de la encerrona. La permanencia en el poder de Nicolás Maduro, parteaguas entre la autocracia y la democracia, divide al mundo entre el apoyo de Rusia, la cautela de China y el rechazo de Estados Unidos, más allá de las opiniones encontradas en América latina y en otros confines. Detrás está el interés estratégico y económico en un país rico en petróleo, caldo de cultivo de las argucias. En las argucias, precisamente, residen la necesidad de una apertura y del ingreso de la ayuda humanitaria y las diferencias en el alineamiento con otro parteaguas. El parteaguas de la política global: Donald Trump. Trump resultó ser el primero en reconocer al presidente encargado o interino de Venezuela, Juan Guaidó, presidente de la opositora Asamblea Nacional. Le siguió la mayoría de los países de la región enrolada en el Grupo de Lima. Entre ellos, Argentina. Discreparon México, atado a la Doctrina Estrada de no injerencia en asuntos internos de otros países, y Uruguay, atado a los vaivenes del gobernante Frente Amplio. Trump también resultó (leer más)

Política

El otro enero de Venezuela

La oposición de Venezuela salió de su letargo. Eligió una fecha emblemática, el 23 de enero, 61 años después del final de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, y salió a las calles. Lo hizo despojada de una dirigencia dividida que, desde los tiempos de Hugo Chávez, no hizo más que cometer errores. Eligió también a un líder joven, Juan Guaidó, de 35 años, súbito alfil de una sociedad harta de quebrantos, frustraciones, desabastecimientos, represión y exilios. Una forma de espabilarse frente a un régimen, el de Nicolás Maduro, considerado ilegítimo tanto dentro del país como en el exterior. Pocos validan las elecciones amañadas del 20 de mayo de 2018. Era parte de una hoja de ruta. Guaidó asumió el 5 de enero la presidencia de la Asamblea Nacional, la única institución reconocida fuera de Venezuela. Ese día insinuó aquello que iba a concretar: “Nosotros asumiremos el mandato del pueblo, cueste lo que nos cueste». Dieciocho días después, en medio de un baño de masas, se hizo cargo “formalmente” de “las competencias del Ejecutivo nacional (leer más)