No Picture
Política

Obama, segunda parte

Los elocuentes discursos de Barack Obama no conmueven a los líderes latinoamericanos. En estos cuatro años, después de los errores cometidos por George W. Bush en su relación con el continente, el gobierno de los Estados Unidos se ha limitado a acompañar las decisiones de sus pares y a fijar sus posiciones en lugar de intervenir en forma directa, como en Granada en 1983, en Panamá en 1989 o en Haití en 2004. La decisión de reactivar la Cuarta Flota de la Marina, por primera vez en 58 años, levantó tantas ampollas como la intención frustrada de destinar soldados a las bases militares de Colombia para combatir el narcotráfico y la guerrilla. Desde 2009, cuando asumió Obama, Brasil ocupa el papel que le corresponde como rector de América del Sur, seguido entre las prioridades norteamericanas por Colombia y México, más allá de sus dilemas domésticos. Venezuela no ha alterado sus planes y Cuba, a su vez, obra como virtual componedor. Más allá de los devaneos lingüísticos de Hugo Chávez sobre el imperialismo, los Estados Unidos (leer más)

No Picture
Política

En deuda con las mujeres

Decía Jacqueline Kennedy que el título de primera dama era un nombre más apropiado para para un caballo que para una mujer. Ella fue, a los 31 años, la esposa de un presidente de los Estados Unidos más joven de la historia. Participó de la campaña electoral de su marido en 1960, contra Richard Nixon, hasta con un anuncio pronunciado en fluido castellano. Con otro perfil, Michelle Obama también interviene en forma decisiva en la carrera del presidente, ahora relegido. En su caso, quizá como Hillary Clinton en sus tiempos, con un temperamento avasallador, sin inmiscuirse en los asuntos del Ala Oeste de la Casa Blanca. En general, todas las primeras damas norteamericanas han emprendido causas sociales: Nancy Reagan contra la drogadicción, Laura Bush por la lectura y Michelle Obama contra la obesidad infantil. Ese papel ha sido más discreto en América latina hasta que comenzaron a surgir presidentas con maridos o, como Michelle Bachelet, sin ellos. Ese sesgo debería traducirse en una mejora en los índices de igualdad entre sexos, cerrando la brecha. En (leer más)

No Picture
Sociedad

Más jubilados que niños

En 2008, Kathleen Casey-Wilkens cumplió 62 años de edad y, con ellos, el inexorable destino de los baby boomers: se jubiló. Esa generación, nacida entre 1946 y 1964 en los Estados Unidos, está en vías de ser superada por las siguientes. No se trata de un fenómeno único. Cada segundo, según las Naciones Unidas, dos personas cumplen 60 años en el mundo. A este ritmo, hasta América latina dejará de estar poblada de rostros juveniles. En 2036 habrá más adultos que menores; en 2050, un cuarto de la población estará tramitando el retiro. Esa franja se triplicará e igualará en proporción a la de los países desarrollados. Por el descenso de la natalidad, los movimientos migratorios y la mayor esperanza de vida, los sexagenarios serán tres veces más que ahora a mediados del milenio, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Población (Unfpa). Los mayores de 80 años, dice el informe «Envejecer en el siglo XXI: una celebración y un reto», pasarán de un 1,6 por ciento de la población en la actualidad (leer más)

No Picture
Política

Durmiendo con el enemigo

Mientras camina por la playa, Joaquim Sassa encuentra una piedra “pesada, ancha como un disco, irregular”. La arroja al mar. “Como no llevaba bolsillos ni bolsa para guardar sus hallazgos, devolvía al agua los restos muertos cuando tenía las manos llenas, al mar lo que al mar pertenece, la tierra que se quede con la tierra”, relata José Saramago en su novela “La isla de piedra”. Luego, Sassa entra en pánico: teme haber provocado la separación de la Península Ibérica del continente europeo. La grieta se abre a la altura de los Pirineos, “convirtiendo ríos en cascadas y avanzando los mares unos kilómetros tierra adentro”. ¿Es culpa de Sassa o de la piedra? En este año crítico para España, el impacto de la piedra arrojada por Sassa quizá sea del tenor de la voluntad de miles de catalanes que, congregados en la fiesta oficial llamada Diada y en el último partido de fútbol del Barcelona contra el Real Madrid, reclamaron la independencia. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, intentó valerse del clamor de los (leer más)

No Picture
Economía

Brasil sobrevive al éxito

Sin anteojeras ideológicas ni recelos vecinales, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha lanzado un millonario plan de concesiones para construir carreteras y mejorar ferrocarriles y aeropuertos en los próximos años. La audaz iniciativa, frente a una marcada caída del crecimiento en medio de la crisis global, recibió la bendición del sector privado y de la opinión pública, harta de lidiar con infraestructura propia del tercer mundo, y la reprobación de los empleados públicos y de la base del gubernamental Partido de los Trabajadores (PT), al cual pertenece ella misma. En otros países de América latina, el Estado ha vuelto a monopolizar ese tipo de obras. Rousseff, como su antecesor, no comulga con los denostados Chicago boys de décadas pretéritas ni con las recetas del Fondo Monetario Internacional (FMI), pero tampoco se siente atada al discurso político anclado en los años setenta, ahora remozado por otros líderes regionales, por el cual es bueno aquello que sea público y es malo aquello que sea privado. Se trata de una ex guerrillera que, como su par de (leer más)

No Picture
Política

Condenados a reelección perpetua

Le había prometido a su esposa, Anne Malherbe, que, al finalizar su gestión, iban a radicarse en el país del cual ella es oriunda, Bélgica. Rafael Correa, presidente de Ecuador desde 2007, dice ahora que es “muy probable” que sea candidato en 2013 a pesar de haber sido relegido en 2009 al amparo de la reforma constitucional que promovió; de decidirse, le permitiría prolongar su mandato hasta 2017. En Bolivia, el gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) prevé para 2014 la segunda reelección de Evo Morales, presidente desde 2006. En la Argentina, un run-run parecido pregona para 2015 la segunda reelección de Cristina Kirchner, vedada por la Constitución. En algún momento, todo presidente se siente superior al resto de los mortales. Lo es, en verdad. El mundo tiene poco más de 7.000 millones de habitantes. La cantidad de países varía, según la aceptación de los otros, entre 193 (los miembros de las Naciones Unidas) y 204 (los participantes de los Juegos Olímpicos de Londres). Son un puñado los tocados por la varita mágica del poder. El (leer más)

No Picture
Política

Los inmigrantes sortean la crisis

Créase o no, la crisis financiera que estalló en 2008 no ha inhibido el envío de remesas de los inmigrantes a sus hogares ni ha provocado el retorno masivo a sus países de origen, según el Banco Mundial. Tampoco ha inhibido a aquellos que buscan nuevos horizontes, más allá de la retórica contra los extranjeros pregonada en los Estados Unidos y Europa. En todo el mundo, más de 215 millones de personas viven fuera de sus países de nacimiento y más de 700 millones migran dentro de sus países. En los países en desarrollo, como buena parte de los latinoamericanos, las remesas representan el dos por ciento del producto bruto interno (PBI), porción que trepa al seis por ciento en algunos de ellos. En 2010, las remesas globales se recuperaron hasta alcanzar 325.000 millones de dólares. Era el monto previo a la crisis de 2008; habían bajado a 307.000 millones en 2009. Está previsto que los flujos suban hasta casi 400.000 millones, este año, a pesar de las penurias económicas de los países desarrollados en (leer más)

No Picture
Política

La violencia azota a América latina

Por primera vez en mucho tiempo, El Salvador tuvo un respiro: el 14 de abril no hubo un solo homicidio. Fue una jornada histórica, según el presidente Mauricio Funes. En tres años de gobierno debió lidiar con un espeluznante promedio de 12 asesinatos diarios que ha llegado a ser de 18 en el primer trimestre de 2012 y que, merced a una tregua bendecida por la Iglesia Católica entre la pandilla Mara Salvatrucha y su rival, la Mara 18, ha bajado a cinco asesinatos diarios desde marzo. El índice de violencia, igualmente, es de los más altos del mundo entre los auscultados por las Naciones Unidas. Se trata de la primera preocupación de los latinoamericanos. Lo consigna por segundo año consecutivo el informe Latinobarómetro, titulado esta vez La seguridad ciudadana, el problema principal de América latina: “Las tasas de homicidio en algunos países de la región han llegado a situaciones francamente epidémicas –concluye–. De hecho, ya es de público conocimiento que en la actualidad los países centroamericanos registran más muertes que las ocurridas durante las (leer más)

No Picture
Economía

La expropiación es una fiesta

Desde la nacionalización del petróleo mexicano durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, en los años treinta, cada presidente latinoamericano que toma una medida de esa naturaleza sobre los recursos naturales parece reivindicar el orgullo popular en respuesta al despojo de la era colonial. Los argentinos estallaron en júbilo por la expropiación del 51 por ciento de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) a la compañía española Repsol, aprobada por abrumadora mayoría en el Congreso, así como los bolivianos sintieron que les volvía el alma al cuerpo por la decisión de Evo Morales de estatizar la Transportadora de Electricidad (TDE), propiedad de Red Eléctrica Española (REE). La presidenta argentina, Cristina Kirchner, cuyo difundo marido contribuyó en los noventa a la privatización de YPF como gobernador de la provincia petrolera de Santa Cruz, barnizó el trámite con el tono épico con el cual hubiera alcanzado un anhelo un poco más distante y complejo: la recuperación de las islas Malvinas, usurpadas por Gran Bretaña en 1833. En este caso, procurando demostrar que Repsol no cumplió con sus compromisos de inversión (leer más)

No Picture
Política

La novedad y el cambio

En 2009, tras recibir de George W. Bush el legado de dos guerras y varios favores a los bancos que llevaron a la crisis a los Estados Unidos y buena parte del planeta, Barack Obama tuvo su primer contacto con el vecindario. Fue en la V Cumbre de las Américas, realizada en Trinidad y Tobago. Hugo Chávez se apresuró a regalarle el libro “Las venas abiertas de América latina”, de Eduardo Galeano. Otros aparentes embanderados contra el imperialismo no vacilaron en desearle suerte. Era la novedad y, a su vez, el cambio. El mundo había votado por él mucho antes que los norteamericanos. Un presidente diferente no representaba a un país diferente ni defendía intereses diferentes. Por ignorancia, algunos de sus pares latinoamericanos creían que iba a agradecerles los desplantes contra su antecesor, interpretados en los Estados Unidos como afrentas contra el país. Obama planteó el respeto, la responsabilidad y la asociación entre iguales como ejes en la relación con el continente. Se trataba de una versión remozada del enfoque de Bush tras el fiasco (leer más)

No Picture
Política

Cambio de hábito en América latina

El amor eterno dura tres meses. No es broma. Lo comprobó Barack Obama después de asumir su cargo en enero de 2009. En la V Cumbre de las Américas, realizada en Trinidad y Tobago en abril de ese año, planteó el respeto, la responsabilidad y la asociación entre iguales como ejes en la relación con el continente. Era una versión mejorada del enfoque artificialmente amistoso de George W. Bush tras el fiasco del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). La impronta de un presidente de otro partido y otra apariencia infundía esperanza de cambio en una región no ajena a un mundo sacudido por crisis y guerras. Ningún país recupera en los primeros cien días de un gobierno aquello que perdió en ocho años o más. En los setenta, los latinoamericanos creían que los Estados Unidos habían elegido a un presidente afín a ellos: John F. Kennedy era católico. Poco y nada compartieron con otros, excepto el origen mexicano de Columba, esposa de Jeb Bush, hermano del ex presidente. Logró seducirlos Bill Clinton (leer más)

No Picture
Política

No hay mañana sin ayer

Sobre el desierto de Atacama, a bordo del avión presidencial, Ricardo Lagos se ve obligado a interrumpir un animado diálogo con ministros y congresistas. “Me llama Chávez”, se excusa. Y al tiro, como dicen los chilenos, se refugia en la recámara. Es un espacio modesto, con un escritorio, la butaca principal y, enfrente, dos para invitados. Los monólogos del presidente bolivariano suelen ser agotadores. Esta vez, desde París, se limita a agradecerle la gestión conciliadora del canciller chileno, Ignacio Walker, con la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, para atenuar el conflicto entre Venezuela y los Estados Unidos, persistente durante el gobierno de George W. Bush. Falta poco para aterrizar. Lagos comienza a creer en los milagros: la comunicación con Chávez no ha durado más de cinco minutos. Un récord. Nos guiña un ojo, complacido. Abordamos después un Hércules C130 de la Fuerza Aérea chilena rumbo a El Salado, pueblo terroso y aislado en el que va a inaugurar una planta de tratamiento de cobre. Es el jueves 10 de marzo de 2005, la víspera (leer más)

No Picture
Política

Ni unidos ni dominados

Tras la muerte de Osama ben Laden en Paquistán, el presidente de Perú, Alan García, aventuró que se trataba del “primer milagro del beato Juan Pablo II”, al cual agradeció ese día, el de su santificación, “llevarse del mundo a la encarnación del mal, a la encarnación demoníaca del crimen y del odio, dándonos la noticia de que quien volaba torres y edificios ya no está”. Amén. Con menos elocuencia, aunque similar satisfacción, su par de Colombia, Juan Manuel Santos, felicitó a Barack Obama “por ese gran golpe contra el terrorismo” y, desde México, Felipe Calderón reconoció “su perseverancia en el combate y persecución del terrorismo”. En las antípodas, el vicepresidente de Venezuela, Elías Jaua, al igual que el canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, condenaron los inusuales festejos de los norteamericanos en las calles. “Ninguna muerte debe ser celebrada”, señaló el canciller de Uruguay, Luis Almagro. El gobierno argentino tampoco se subió al carro de la victoria: “La operación militar que ha llevado a la muerte del responsable de tanto dolor inocente ocurre en momentos (leer más)

No Picture
Economía

Tentaciones peligrosas

Ni Brasil, buque insignia de la región, ha podido desterrar el flagelo de la corrupción Poco antes de ganar las presidenciales de Brasil, Dilma Rousseff sorteó un escándalo mayúsculo. Erenice Guerra, su mano derecha y sucesora en el cargo de jefa de ministros del gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva, se vio obligada a renunciar bajo la sospecha de haber participado de una firma de cabildeo que manejaban sus parientes y que habría ayudado a compañías privadas a obtener contratos y préstamos bancarios estatales para proyectos de obras públicas. Parte del dinero recaudado iba a ser volcado en campañas políticas. El presunto tráfico de influencias a punto estuvo de manchar la reputación de la ahora presidenta electa. En estos ocho años, Brasil alcanzó el octavo lugar entre las economías más poderosas del planeta y, a su vez, adquirió un rol influyente en el concierto internacional. Lula actuó en sintonía con el legado de Fernando Henrique Cardoso, más allá de las discrepancias entre ambos. Con la renuncia de Guerra, el primer gobierno en la historia (leer más)

No Picture
Política

Cicatrices en el alma

Nadie en las condiciones de Lula, Obama y Evo Morales ha logrado llegar tan lejos Es lo último que necesita oír. Lo reprende su madre, Ann Dunham, por ser “yonqui”, “porrero” y perfilarse hacia “el papel definitivo y fatal de joven aspirante a negro” tras animarse con la marihuana, el alcohol y “una rayita de coca cuando podías permitírtela”. El descarnado autorretrato de Barack Obama en su libro Los sueños de mi padre poco y nada dista de la escena de la película Lula, el hijo del Brasil, estrenada en estos días en la Argentina. Doña Lindú reprende a su séptimo hijo, Luiz Inacio, por beber en exceso como su padre, Arístides. Obama cree que Lula es “el político más popular de la Tierra”. Lula cree que Evo Morales “refleja la cara de Bolivia”. Los tres atraviesan dificultades en la infancia y, en esa etapa, se ven obligados a trasladarse a tierras extrañas por los problemas afectivos y económicos de sus mayores. Tanto Lula como Morales pasan hambre: uno no tiene zapatos y, curiosamente, se (leer más)