Putin hoy, Thatcher ayer

Surgen comparaciones entre las actitudes de Thatcher, ayer, y las de Putin, hoy, ante disputas profundas y fundamentales para sus países




Putin y Thatcher | Foto creada con IA
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Por Santos Goñi Marenco (*)

La diplomacia es un arte que tiene sus reglas, algunas ya escritas, otras que se van escribiendo a medida que avanza hacia sus objetivos.

Actuando discretamente y sin descanso, busca la paz proponiendo a los estados modos de superar el impasse negociador en que suelen hallarse. Hoy destaca el que separa a Volodimir Zelenski de Vladimir Putin, mientras los Estados Unidos intenta convencerlos de poner fin a la guerra en Ucrania. En juego está nada menos que la defensa de lo que cada uno considera su soberanía e integridad territorial.

A mediados de 1982 nuestro país y el Reino Unido venían saliendo de una situación bélica en el Atlántico Sur. Desde entonces, nuestra diplomacia contó con la ayuda de la de los Estados Unidos para ir superando animadversiones de la contraparte británica. Esto duró hasta que fue posible iniciar conversaciones directas entre ambas partes, cuyo modus operandi y “savoir faire diplomatique” no se alejaron demasiado de los que hoy, con conocimiento de Ucrania, utilizan la diplomacia estadounidense y europea ante la rusa. Un escollo no menor en ese largo camino fueron las actitudes británicas sostenidas por la “Dama de Hierro”.

No faltaron tampoco ciertas oposiciones de líderes argentinos, las que cedieron ante la paciencia y discreción del diálogo bilateral y el surgimiento de un nuevo escenario internacional a partir de la caída del Muro de Berlín. No fue fácil ni fue rápido, pero Margaret Thatcher pudo colocarse junto con Raúl Alfonsín y Carlos Menem, del lado de la paz y autorizar lo que solo ella de la parte británica tenía la legitimidad plena de aceptar. Fue así que entre 1989 y 1990 se pudo acordar con el Reino Unido el restablecimiento de relaciones bilaterales y, bajo fórmula de soberanía (“paraguas”), entendimientos provisorios sobre aspectos prácticos del área disputada.

Putin encarna hoy el papel de entonces de Thatcher ante la opinión pública

Surgen comparaciones evidentes entre las actitudes de Thatcher, ayer, y las de Putin, hoy, ante disputas igualmente profundas y fundamentales para sus países. También hay coincidencias entre aquella diplomacia estadounidense, argentina y británica y la actual de los Estados Unidos y Europa ante Rusia y Ucrania. En ambos casos se busca la paz estando en juego cuestiones de soberanía, integridad territorial y aspectos prácticos de la futura convivencia en el área disputada. Las hay porque la diplomacia, como queda dicho arriba, es un arte que tiene sus reglas y va acordando otras que prueban ser necesarias y aplicables a medida que desenvuelve los modos de solución pacífica de controversias.

Putin encarna hoy el papel de entonces de Thatcher ante la opinión pública. Nada impide que, como ella en 1990, pueda también y junto con Zelenski, “darle una oportunidad a la paz” (Lennon/Ono, 1969) haciéndoles ambos saber a la diplomacia estadounidense y europea su aceptación de un fin a las hostilidades y de entendimientos mutuamente beneficiosos referidos al área disputada, del mismo modo que hicimos e intentamos continuar haciendo, la República Argentina y el Reino Unido hasta el día de hoy.

(*) Embajador (J), Miembro Consultor del CARI



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