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Una buena noticia, dentro de lo que cabe: el impredecible coronavirus no deja de tener una enorme capacidad destructiva y tampoco de ser cada vez más contagioso, pero, a medida que pasa el tiempo, pierde su principal poder. El poder letal.
En palabras de médico epidemiólogo e infectólogo Hugo Pizzi, profesor de las universidades de Córdoba y de La Rioja, en octubre habrá cedido su impacto en Argentina mientras parece ser inminente el descubrimiento de la madre de todas las esperanzas: la vacuna.
El divorcio con la clase política hace que los ciudadanos se sientan culpables, pero no saben de qué
La actitud irreverente de aquellos que niegan la pandemia y que, en forma deliberada, queman barbijos como si fueran bozales atenta contra una de las pocas defensas de las cuales dispone la humanidad para contrarrestar la peste: la responsabilidad individual y colectiva de ir con medio rostro cubierto, además de lavarse las manos, toser en el pliegue del codo y mantener la distancia social, entre otras recomendaciones.
“Los barbijos, así como los otros cuidados, vinieron para quedarse”, admite el doctor Rizzi.
Otros males persisten y, también, son contagiosos.
Entre ellos, el divorcio de la política y la ciudadanía, como lo describe el periodista y licenciado en filosofía Miguel Wiñazki, miembro de número de la Academia Nacional de Periodismo.
Un divorcio por el cual los ciudadanos se sienten culpables, pero no saben de qué.
El divorcio se traslada a la economía.
La presentación en el Congreso de la ley de leyes, el presupuesto 2021, anticipo del plan del gobierno de Alberto Fernández, se vio empañada por el cepo recargado para la compra de dólares en medio de anuncios de empresas que dejan de operar en Argentina.
Un cóctel explosivo a los ojos del economista Ricardo Delgado, socio y director de Analytica Consultora.
Tan explosivo, quizá, como la primera elección desde 1959 de un presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de origen norteamericano, en lugar de uno latinoamericano.
El elegido, Mauricio Claver-Carone, nacido en Florida de familia cubana, responde a la línea dura de Trump
No prosperó el pedido de Argentina, Chile, Perú, México, Trinidad y Tobago y los países europeos socios del BID de postergarla.
La clave: el resultado de las presidenciales de Estados Unidos, previstas para el 3 de noviembre.
El elegido, Mauricio Claver-Carone, nacido en Florida de familia cubana, responde a la línea dura de Donald Trump. Ganó con el 66,8 por ciento de los votos.
Entre ellos, curiosamente, el de China, envuelto en la guerra comercial y tecnológica con Estados Unidos, revela el economista Ricardo Carciofi, investigador de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.
El programa completo, aquí:
Producción: Adriana Bagnera
Producción Ejecutiva: Aldo Bargiano
Dirección: Daniel Costoya
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