Triste, solitario y final
Pocas veces, un país tan poderoso, asociado con otro también poderoso, invirtió tanto en una guerra y obtuvo tan poco En broma, el cómico norteamericano Jay Leno atribuye a CNN una información sobre la presunta intención de George W. Bush de dividir a Irak en tres partes, regular (normal), premium (súper) y unleaded (sin plomo), de modo de terminar con la guerra. En serio, la consultora IHS, también norteamericana, concluye que circula por las entrañas de ese país el doble de la cantidad de petróleo que imaginaba la coalición cuando decidió buscar armas de destrucción masiva debajo de la cama de Saddam Hussein y, de casualidad, encontró manchones negros. En broma y en serio a la vez, si los norteamericanos deben renunciar a su adicción al petróleo, como predicó Bush en su discurso del Estado de la Unión, ¿de qué vale conquistar un país que, de confirmarse las estimaciones de IHS, desplazaría a su vecino Irán de la segunda posición entre los mayores reservorios de crudo del planeta después de Arabia Saudita? No tendría sentido. (leer más)