Política

Trump aprovecha la banda negativa

Por Jorge Elías NUEVA YORK. – Durante la proclamación de su victoria en las presidenciales de los Estados Unidos, Donald Trump dejó entrever un sesgo infrecuente en estas latitudes: la arrogancia. Trump soslayó a la estructura de su partido, el republicano, y habló de la creación de un movimiento propio, personal, conformado por una legión de desencantados con los políticos tradicionales, de los cuales tomó distancia durante una campaña plagada de agravios contra su rival, Hillary Clinton, y contra determinados segmentos de la población, como los mexicanos, tildados de violadores, y los musulmanes, sospechosos de terrorismo. La fórmula de Trump, políticamente incorrecta, terminó dándole frutos inesperados como outsider (ajeno a la política) u hombre de negocios, su mote favorito, frente a encuestas que, como en las primarias republicanas, el Brexit (la salida del Reino Unido de la Unión Europea), el rechazo de los colombianos al acuerdo de paz con las FARC y otros acontecimientos, presagiaban el resultado contrario. Esa fórmula, sazonada con un discurso radical, caló hondo en la clase blanca trabajadora y rural de (leer más)

Política

Golpe y desmesura

Por Jorge Elías Tras el conato de golpe militar en Turquía, el presidente Recep Tayyip Erdogan se apresuró a identificar al virtual culpable: Fethullah Gülen, su socio “hasta que en 2013 se rompió esa alianza luego de que los medios de comunicación del movimiento Hizmet (Servicio) revelaron investigaciones de corrupción en el gobierno de Erdogan”, entonces primer ministro, explica Pablo Kendikian, director de la Agencia Prensa Armenia y autor de un libro sobre el líder religioso musulmán que lleva su nombre (Ediciones Ciccus, 2014). Desde entonces, continúa Kendikian, “Erdogan señaló a Gülen como el organizador de una campaña en su contra y lo acusó de terrorista”. Hizmet es una multimillonaria red de empresas, medios de comunicación, escuelas y centros educativos repartida por 140 países. Gülen, acusado de haber creado una suerte de Estado paralelo en Turquía, es un islamista, ex imán, más moderado que Erdogan. Tiene 75 años de edad y una salud delicada. Está exiliado desde 1999 en Pensilvania, Estados Unidos, donde, apunta Kendikian, todo indica que mantiene estrechos lazos con la Agencia Central (leer más)