Un poco de insatisfacción
Así como la palabra escrache se ha incorporado al léxico político de España, la indiferencia de los políticos frente a los reclamos populares está abriendo una grieta profunda en todas las sociedades Inmaculada Michinina, vendedora ambulante de Cádiz, llevaba tres años esperando una licencia que le permitiera exponer sus manualidades en un mercado de esa ciudad española. Irrumpió en 2013 en el pleno del ayuntamiento: «Vosotros nos demostráis en cada pleno que pasáis de nosotros, que os importamos tres pitos –exclamó entre lágrimas–. Nosotros os hemos dado ese puesto de trabajo y no lo valoráis». Le apuntó a la alcaldesa, Teófila Martínez, del Partido Popular, acusándola de estar subida en un pedestal. Y les disparó a los políticos: «¿Para quién trabajáis, coño?». Su discurso, aupado en la crisis, recorrió como pólvora las redes sociales.