A río revuelto, ganancia de Putin
De haber una Tercera Guerra Mundial “por partes”, como la definió el papa Francisco, ¿cuándo comenzó? De haber una versión remozada de la Guerra Fría, ¿quién está ganándola? Estados Unidos forjó su poder con la victoria en la Segunda Guerra Mundial y la desintegración de la Unión Soviética, pero Donald Trump pateó el legado, en especial el de Barack Obama, y estrenó sus propias guerras. Tanto la comercial y tecnológica contra China como la de mayor impacto contra Irán desde que decidió retirarse del acuerdo nuclear de 2015. La rutina de la provocación de Trump benefició a otro autócrata, acaso más astuto: Vladimir Putin. El asesinato selectivo del general iraní Qasem Soleimani, una flagrante violación de la soberanía de Irak, resultó ser el prólogo de contactos vertiginosos de Putin con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel; de una visita estratégica al dictador sirio Bashar al Assad, ahijado del régimen de los ayatolás, y de un intento fallido de tregua en Libia, forjado en Moscú, entre el mariscal Jalifa Hafter, (leer más)