Actualidad

Viejas rencillas, nuevo escenario

Tres días después de la masacre en la sala de conciertos de las afueras de Moscú, Vladimir Putin admitió la autoría de islamistas radicales, pero insistió en atribuirle algún tipo de responsabilidad a Ucrania. No podía desdecirse después de machacar desde el primer momento en la huida de los cuatro detenidos, todos tayikos (ciudadanos de Tayikistán), hacia el país con el cual Rusia está en guerra desde 2022. De todos modos, no mencionó al Daesh, Estado Islámico o ISIS ni reparó en que podría tratarse del Estado Islámico del Gran Jorasán (ISIS-K, sus siglas en inglés), filial que opera en Afganistán, Pakistán, el este de Irán y Asia central. El atentado, el peor en dos décadas, tuvo el sello del terrorismo islámico en su afán de humillar a los gobiernos por su incapacidad para defender a los ciudadanos a pesar de las fortunas que invierten en seguridad. En Rusia coincidió con el décimo aniversario de la anexión de Crimea, pensínsula arrebatada a Ucrania como ahora los llamados Nuevos Territorios, y con la enésima reelección en (leer más)

Otras voces

Rusia y Ucrania: una relación con mucha historia

A primera hora del 24 de febrero, el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció el envío de tropas rusas a las regiones de Donetsk y Lugansk, en Ucrania. Esta decisión se tomó dos días después de que la Federación Rusa reconociera oficialmente como estados independientes a estas repúblicas autoproclamadas en 2014. Mientras que los medios de comunicación occidentales y ucranianos hacen hincapié en la posibilidad de que estalle la Tercera Guerra Mundial y predicen una catástrofe humanitaria, la prensa rusa no se muestra menos emocional e informa con orgullo sobre sus rápidos avances en el territorio ucraniano. De hecho, ha llegado ya a Kiev. Las tropas rusas apenas han encontrado resistencia ni en la parte oriental de Ucrania ni en la central. Debido a la carga afectiva de estas publicaciones resulta prácticamente imposible entender qué está pasando exactamente y cuáles pueden ser las consecuencias. Para comprender mejor las razones subyacentes a estos trágicos acontecimientos, debemos volver a la historia de las relaciones entre ambos países y observar la composición étnica y religiosa del Estado ucraniano. Por (leer más)

Política

Candidato ruso por triplicado

Cuando los ciudadanos de San Petersburgo acudan a las urnas el domingo 19 de septiembre para renovar el parlamento regional deberán estar muy atentos. Tres boletas tendrán el mismo nombre y fotos de una persona con el mismo aspecto. El problema es que no corresponden al mismo candidato por el Partido Liberal Yabloko, el diputado Boris Vishnevsky, opositor al presidente de Rusia, Vladimir Putin. Corresponden a Vishnevsky, el original, y a dos dobles que se pusieron su nombre, se raparon para parecer calvos y se dejaron crecer la barba encanecida, de modo de confundir a los electores. Insólito. Vishnevsky, de 65 años, compite consigo mismo por triplicado. Los dos fantasmas aparecieron en las boletas. Uno que antes se llamaba Viktor Bykov, tenía bastante pelo, no usaba bigote y barba ni exhibía credenciales políticas, excepto su adhesión al partido de Putin, pasó a ser Boris Vishnevsky. El otro, antes Alexei Shmelev, también ajeno a la política, era el  director de ventas en una empresa de San Petersburgo. ¿Es legal? Sí, según la Comisión Electoral, pero no (leer más)

Política

Crimen en Siria y castigo en Rusia

Sin aviso, Donald Trump ordenó un ataque contra el régimen de Siria. Despachó más de medio centenar de misiles Tomahawk en represalia por el bombardeo con armas químicas que segó la vida de 86 civiles, un tercio de los cuales eran niños. La súbita intervención de los Estados Unidos en una guerra que lleva seis años, más de 320.000 muertos y 10 millones de desplazados y refugiados ha sido interpretada por el gobierno de Vladimir Putin, aliado del dictador sirio Bashar al Assad, como una «agresión a un Estado soberano». Putin, considerado el puntal de la victoria electoral de Trump en 2016, debe sopesar ahora hacía qué extremo inclinarse. La arremetida de los Estados Unidos contra Siria, bautismo de fuego de Trump, coincidió con la visita del presidente de China, Xi Jinping, a su mansión y club de golf en Florida, Mar-a-Lago. El mensaje pareció ser en estéreo. No sólo para Assad, sino también para el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un. En la víspera de la reunión de Trump con Xi, Kim disparó (leer más)