El voto menos pensado
Por Jorge Elías Ningún gobierno organiza un plebiscito para perderlo. Menos aún si se trata de una iniciativa propia, como la imposición de mayores restricciones para el ingreso de inmigrantes en Hungría, el acuerdo de paz en Colombia, la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea (UE) o la cuarta reelección consecutiva del presidente de Bolivia, Evo Morales. En esos casos y en otros, el resultado terminó siendo adverso. Ocurre a menudo. De las 36 consultas que convocaron entre 1993 y 2014 los gobiernos y los congresos de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en más de la mitad ganó el no a la propuesta original o, en otros términos, ganó el sí, alentado por sus opositores. En Hungría, la intención del primer ministro, Viktor Orban, era evitar objeciones de la UE a su política contra los refugiados y, en casa, reforzar su estatus político. La escasa participación ciudadana, inferior al 50 por ciento requerido, invalidó el resultado, aunque fuera favorable. En Colombia, sorprendida por la derrota (leer más)