Política

La carambola francesa

Contra todo vaticinio, la ultraderecha de Marine Le Pen mordió el polvo en Francia después de acariciar la victoria en la primera vuelta de las legislativas anticipadas. El llamado cordón sanitario surtió efecto en una carambola entre Ensemble, el partido centrista de Emmanuel Macron, y una coalición de izquierda entre socialdemócratas, socialistas, verdes y comunistas, el Nuevo Frente Popular, bajo el ala de Jean-Luc Mélenchon, líder millonario de La Francia Insumisa, de 72 años, que admira al difunto Hugo Chávez. Un populista al estilo de Le Pen, pero del palo opuesto, como suele ocurrir con esos personajes. La mayoría absoluta en la Asamblea Nacional quedó en suspenso en un hemiciclo dominado ahora por tercios. Macron, presidente hasta 2027, y la izquierda desmontaron la estrategia de Le Pen en Francia, pero la ultraderecha creció en otro ámbito, el Parlamento Europeo, gracias a los resultados de las elecciones comunitarias realizadas del 6 al 9 de junio. El grupo Patriotas de Europa, sucesor de Identidad y Democracia (ID), pasó a ser la tercera fuerza detrás de los bloques (leer más)

Actualidad

El desconcierto ideológico

La derecha alternativa, mentora de Donald Trump y del Brexit, entre otras falencias dignas de Matrix, no es liberal. Esa nueva derecha, como la llama el presidente de Argentina, Javier Milei, puede estar de acuerdo con la derecha moderada de liberales y conservadores en la importancia de preservar las virtudes en sociedades libres y civilizadas o en contener la marea colectivista de las izquierdas, pero está lejos de coincidir en el papel del individuo, de la comunidad y del Estado, esgrime Lorenzo Bernaldo de Quirós, académico asociado del Cato Institute. Si hubiera un diálogo socrático entre liberales y conservadores, no coincidirían en las causas ni en las soluciones del desmadre global. Liberales y libertarios, como se identifica la nueva derecha, permanecieron bajo el mismo alero durante la Guerra Fría. No pudieron asomarse mientras el comunismo soviético acechaba como un francotirador en un mundo dividido en dos. Eran una suerte de coalición que necesitaba una razón para cobrar o recobrar el aliento y la identidad. “Este tipo de conservadurismo defendía el deber del hombre de buscar (leer más)