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Política

Que no se vayan todos

El movimiento ultraconservador Tea Party saca partido del mal humor de la gente En 1862, Abraham Lincoln no pudo mantener la mayoría de número republicana en la Cámara de Representantes. Desde entonces, casi todos los presidentes de los Estados Unidos han besado el polvo en ese ámbito en las primeras elecciones de medio término de sus mandatos. Hubo pocas excepciones: Theodore Roosevelt en 1902, Franklin Roosevelt en 1934, Bill Clinton en 1998 y George W. Bush en 2002. Los otros derraparon, incluido Clinton en 1994. Dieciséis años después, con Barack Obama en la Casa Blanca, los demócratas perdieron el control de la Cámara baja y parte de la supremacía en el Senado. La disconformidad popular se ensañó, esta vez, con el promotor del cambio. Obama acusó recibo y se acusó a sí mismo: “Esta paliza me deja claro lo importante que es para un presidente salir de la burbuja de la Casa Blanca”. De la paliza pudo ufanarse Sarah Palin, puntal del ultraconservador Tea Party, encolerizada con “un presidente que, tal vez por primera vez (leer más)