|
Getting your Trinity Audio player ready...
|
La cumbre del G20, realizada en Buenos Aires, concluyó con un documento final en el cual los mandatarios marcaron sus coincidencias y sus discrepancias. Temas cruciales como el cambio climático, las migraciones, la guerra en curso en Yemen y los nuevos sobresaltos entre Rusia y Ucrania, entre otros, quedaron pendientes de resolución o de acuerdo. La foto de familia reflejó los choques de opiniones entre el multilateralismo y el nacionalismo y entre el libre comercio y el proteccionismo.
La guerra comercial entre Estados Unidos y China centró las mayores expectativas de este capítulo del G20
El G20 resulta ser una metáfora transparente de las tensiones, las paradojas y las incertidumbres que atraviesan las relaciones internacionales contemporáneas. Un mundo en el que las potencias económicas y militares mantienen el control de las principales decisiones con efectos inmediatos a escala planetaria, pero prefieren presentarse bajo una fachada de multilateralismo que no se verifica en la práctica.
Se trata del lugar común de una compleja y elaborada puesta en escena, que pertenece al linaje de las instituciones de Bretton Woods, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, pero que, a diferencia de estas y por su carácter informal, sirve principalmente como espacio deliberativo no vinculante y oportunidad de encuentros bilaterales.
Además
- El origen del G20, integrado por 19 países y la Unión Europea, se remonta a 1999, cuando la crisis financiera global iniciada en 1997 motivó reuniones de ministros de economía y presidentes de bancos centrales bajo el auspicio del FMI y el Banco Mundial. Puede considerarse pues como una ampliación del G7, constituido en los años setenta por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido. Una ampliación urgida por una crisis de escala global. Otra crisis, pero de una magnitud mucho mayor, la peor desde 1930, terminó de consolidar al G20: la que estalló en 2008 a partir de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos y puso en riesgo la arquitectura financiera global.
- Una vez más la arquitectura política mundial está en juego. Las reglas cambiaron con el arribo de Donald Trump a la Casa Blanca. Las relaciones entre los países más desarrollados no fueron las mejores desde los últimos encuentros en Hamburgo y la cumbre del G7 en Canadá. El America First alteró el tablero político. Hace 10 años, con el estallido financiero en Wall Street, el G20 sirvió como herramienta para alcanzar acuerdos de urgencia entre las potencias y el resto del mundo. Esta fue una demostración de cómo los líderes mundiales entendían el multilateralismo. Hoy, esta manera de vincularse y gobernar el mundo está en crisis.
- En Buenos Aires, Donald Trump y Xi Jinping se dieron una tregua de 90 días en su guerra arancelaria. La disputa entre Estados Unidos y China centró las mayores expectativas de este capítulo del G20, porque como parte de este cuadro de la economía mundial es el que más probabilidades tiene de irradiar el impacto al resto del planeta. En su último informe económico mundial, el FMI advirtió que la tensión en la guerra de aranceles obstaculiza la recuperación del crecimiento mundial, que parece estancado en una tasa del 3,7 por ciento anual para 2018 y 2019. Señala el informe que la disputa arancelaria impactará negativamente en ambos países, las dos economías más importantes del mundo, pero también en países emergentes, especialmente aquellos en situación más vulnerable, entre los cuales cita a Turquía, Argentina y Brasil.
Be the first to comment