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Política

Macedonia importada de Kosovo

La OTAN intervino en defensa de los derechos humanos, pero no previó las posibles reacciones de las minorías étnicas Después de la guerra de Kosovo, la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de los Comunes de Gran Bretaña labró un documento en el cual justificaba las razones políticas y morales de los bombardeos de la alianza atlántica (OTAN), pero, al mismo tiempo, expresaba sus dudas sobre la legalidad de la intervención en sí. Tony Blair, codo a codo con Bill Clinton, había sido el más ferviente partidario de la campaña aérea frente a la despiadada limpieza étnica emprendida por Slobodan Milosevic contra la minoría albanesa de la provincia yugoslava. Fueron 78 días de estruendos y de fugas en una tierra furibunda de nacionalismos exaltados, de pasiones encontradas, de democracias frágiles, de economías descalabradas, de mano de obra en exceso y de industrias en quiebra: los Balcanes, en donde el siglo XX amaneció con un estornudo, la Primera Guerra Mundial, y anocheció con gripe, Kosovo. Gripe mal curada, con 5000 muertos de un solo bando (leer más)

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Política

Bolsillos flacos, realidades ajenas

La mayoría de los presidentes deja de tener contacto con cosas tan mundanas como la billetera desde que asume el cargo Ordenó un plato suculento y sustancioso: trucha ahumada, gambas y paté de nueces. Un manjar. Y dio cuenta de él, devorándoselo, mientras Mike Bell, el dueño del restaurante, sobre Portobello Road, en el barrio Notting Hill, de Londres, famoso por sus pubs, observaba, orgulloso, que una multitud de curiosos se había reunido en la vereda. Tenía un comensal ilustre e infrecuente: Bill Clinton, en un intervalo informal de una visita oficial al Reino Unido mientras aún era presidente de los Estados Unidos. ¡Fantástico! Salvo un pequeño detalle: terminó de comer, alzó la mano izquierda (la diestra, por ser zurdo), agradeció con una sonrisa y se marchó con su legión de custodios del servicio secreto. Sin soltar una libra. O un dólar. Ni propina dejó. Los diarios británicos, como The Guardian, titularon al día siguiente: «Bill forgets the bill» (Bill olvida la cuenta). De apenas 24,70 libras. O 36,22 dólares. Actitud que no era común (leer más)

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Política

Madre la miseria, padre el olvido

Fox demuestra voluntad política para resolver el conflicto de Chiapas, tildado de prioritario, pero Marcos desconfía Detrás del pañuelo rosado que cubría la mitad de su nariz diminuta, Paticha era puro ojo color miel, ceja tupida, frente curtida y raya al medio en el pelo oscuro. Sus manos, rugosas de tanto hachar y cargar leña, sostenían con firmeza la soga que separaba a sus hermanos indígenas de los otros. Los blancos. Blancos, asimismo, de la curiosidad: jamás habían visto, cara a pasamontañas, un zapatista en persona. Llovía a cántaros en Oaxaca, sur de México, mientras la caravana arribaba cansinamente en ómnibus destartalados, a eso de las dos de la mañana, a la Plaza de la Danza, un claro entre casas bajas de estilo colonial. Promediaba septiembre de 1997. Y era la primera vez que el ejército de Marcos, el Sub a secas, marchaba desde la enmarañada selva Lacandona, Chiapas, hasta la ciudad de México. Algo así como La Meca, sorda a sus reclamos desde mucho antes de que empezaran los tiros, el 1° de enero (leer más)

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Sociedad

Sapos de otro pozo

Entre 5000 y 10.000 argentinos buscan su destino en España, pero chocan con puertas cerradas por temor a una invasión Empecemos por casa: somos un país de inmigrantes y, sin embargo, no aceptamos a los recién llegados. Vengan de donde vinieren, salvo que sean turistas, banqueros, inversores o cráneos en alguna materia. Desconfiamos de ellos. En especial, si son de los países limítrofes. De los cuales, por omisión y por deformación, nos sentimos más alejados que de España, de Francia, de Italia y de los Estados Unidos. Estamos convencidos, sobre todo en Buenos Aires, de que somos superiores (griegos y romanos desterrados, según Borges) por un mérito tan vago como la pertenencia. Por algo respondemos a un retrato perverso entre nuestros vecinos: son italianos que hablan español, pero se creen británicos que viven en una réplica de París en América latina. No nos quieren, seamos francos. Nosotros tampoco nos queremos, ni queremos a los demás. Ni a los provincianos. A los extranjeros de estatura baja y piel cobriza solemos achacarles la causa de casi todos (leer más)

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Política

El cólera y la cólera

El terremoto de enero de 2010 mató a 220.000 personas y demolió medio millón de viviendas. Nueve meses después, el cólera, antes concentrado en el campo, comenzó a hacer de las suyas en la ruinosa capital de Haití, Puerto Príncipe. Sobre llovido, el huracán Thomas mató un mes después a una veintena de personas, destruyó otras 6610 viviendas y, al provocar inundaciones, contribuyó a propagar la enfermedad. Desde octubre, el cólera dejó un tendal de 4030 muertos y 209.034 infectados, según cifras oficiales. Unas 50 personas también murieron por su causa: las lincharon, acusadas de usar la brujería para transmitirlo. Antes habían sido señalados los soldados nepaleses de las Naciones Unidas. El cólera desató la cólera. En un solo año, acaso a tono con su trágica historia, Haití sufrió más desgracias que varios países en décadas. Ni las presidenciales celebradas el 28 de noviembre despejaron las dudas sobre un futuro tan incierto como la cena de hoy: fueron fraudulentas, concluyó la Organización de los Estados Americanos (OEA). Pedradas, tiros, cuatro muertos más y otros tantos (leer más)

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Política

Compre dos por el precio de uno

Bush, como su padre, asume tras dos períodos de fuerte liderazgo, sobre todo entre la clase media, las minorías y las mujeres No iba a ser la primera ni la última, pero, después de aquella mañana, la vida cambiaría para ella. Definitivamente, quizás. Aún no había amanecido; Bill Clinton leía, ceñudo, la síntesis de prensa de la Casa Blanca en el cuarto principal del segundo piso de la residencia. “No vas a creer esto, Hillary, pero…”, dijo, cavilante. Ella había abierto un ojo. “¿Qué es eso?”, balbuceó. El prosiguió: “…quiero contarte lo que dice el diario (The Washington Post, 21 de enero de 1998)”. El diario decía que Clinton, el primer presidente de los Estados Unidos que declaró como imputado en una causa civil o criminal (a raíz de la demanda por acoso sexual de Paula Jones), había tenido una relación indecorosa con una becaria de la Casa Blanca a la que duplicaba en edad. Una tal Monica Lewinsky, apenas mayor que Chelsea, su hija. Dejaba entrever de ese modo que había mentido bajo juramento (leer más)

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Política

Cara o Meca

El retorno de los refugiados palestinos a Israel, como pide Arafat, sería echar combustible al fuego que acecha la región Pasan los primeros ministros de Israel. Pasan los presidentes de los Estados Unidos. Pasan hasta los líderes árabes. Pero Yasser Arafat queda. ¿Cómo queda ahora? Queda, en el barranco en el que cayó el proceso de paz, como el intérprete de un pueblo atado por generaciones a una reparación histórica que, por justa que sea, no es necesariamente sabia ni, menos aún, oportuna: el retorno de los refugiados palestinos a territorios cuya gente habla otra lengua, profesa otra religión y cultiva otra cultura. El retorno, o la invitación, a nuevos enfrentamientos. El último Arafat es, quizá, más rígido que el primero. Es más quisquilloso. Y es, a su vez, tan vacilante como su mentón mientras libra una guerra íntima, e inconfesa, contra sus contradicciones. Sabe que, como Ehud Barak y Bill Clinton, juega contra el tiempo. No por razones políticas, en su caso. Pero, igualmente, insiste en jalar al máximo una cuerda delgada, aunque se (leer más)

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Política

Cuando aclara, oscurece

La Argentina incurre inevitablemente en la paradoja del país que tiene todo para prosperar y, sin embargo, no prospera ¿Qué nos sucede, vida, que, últimamente, los kosovares, sobrevivientes de la limpieza étnica de  Slobodan Milosevic y de las bombas de la alianza atlántica (OTAN), son los más optimistas del mundo y nosotros, los argentinos, sobrevivientes, a lo sumo, de una transición presidencial después de una década de Carlos Menem en el poder, vamos cabizbajos entre los más pesimistas? Gallup, autora del estudio comparativo en 68 países, arriesga una respuesta: a fines de 1999, la gente tenía expectativas de cambio por el comienzo inminente de la gestión de Fernando de la Rúa. Expectativas económicas, sobre todo. Era algo así como la escoba nueva que prometía barrer bien. En especial, la corrupción. Quizá como ocurre ahora con los mexicanos, con Vicente Fox como nuevo presidente, después de siete décadas de rutina en el gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Son los más optimistas de América latina a pesar de la desigualdad entre ricos y pobres. Acaso tapada (leer más)

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Política

Jubilación de la utopía

La generación del Mayo francés comienza a decir adiós Tres, dos, uno, o 1° de enero de 2011: el más viejo de la Generación Baby Boomer, nacida entre 1946 y 1964 en los Estados Unidos, cumple 65 años. Está a punto de pasar a retiro mientras no aumente la edad de jubilación, como en Europa. Es el último eslabón de la camada que, en la otra orilla del Atlántico, quiso cambiar el mundo en el Mayo francés del 68, un “sentimiento de irracionalidad”, según Raymond Aron; algo que todos creían “impensable”, según Jean-Paul Sartre. Impensable era que confluyeran en un solo grito universitarios que no vislumbraban horizontes, trabajadores que se sentían excluidos de la bonanza, gente de a pie que rechazaba la guerra de Vietnam y pueblos que exigían libertad. Cuatro décadas después, Galbraith, Marcuse y Adorno no sobreviven como fuentes de inspiración de “estudiantes con flequillo, en pantalones de campana, y canciones de los Rolling, y niñas en minifalda”, como los retrató el cantante español Ismael Serrano, ni son los mismos quienes se resisten (leer más)