Política

Investidura contra natura

A veces, los acuerdos entre las cúpulas levantan ampollas en la ciudadanía. El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, camino a su nueva investidura, conformó a los suyos. No todos de acuerdo en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) con el método aplicado para torcer un resultado electoral adverso. El de la repetición apresurada de las elecciones, el 23 de julio, después de la debacle de la izquierda, el 28 de mayo. Sánchez perdió frente al candidato por el conservador Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, pero, para quedarse en la Moncloa, recurrió a seis partidos pequeños (entre ellos, EH Bildu, la izquierda soberanista vasca, heredera de la banda terrorista ETA) y a un prófugo de la justicia de su país. Un mal trago para parte de los socialistas, renuentes a pactar con el partido Junts de Carles Puigdemont, el prófugo en cuestión, y con su rival, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), después del referéndum ilegal con el cual se propusieron declarar el divorcio de España. ¿Qué les ofreció Sánchez a cambio de sortear nuevas elecciones (leer más)

Política

Voto miedo por voto bronca

El voto miedo de las presidenciales derrocó al voto bronca de las primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO). En apenas 70 días, el ministro de Economía de Argentina, Sergio Massa, revirtió el magro resultado obtenido el 13 de agosto. Desde ese día, Javier Milei ocupaba el centro del ring. Pasó a ser la contracara de la vicepresidenta y expresidenta Cristina Kirchner, ensimismada en sus causas judiciales por corrupción y desentendida del gobierno que creó con un presidente ausente, Alberto Fernández. Desentendida, también, de su candidato, reprobado en un país con una inflación brutal apenas inferior a la de Venezuela y a la de Líbano. Massa y Milei deberán dirimir el 19 de noviembre quién será el próximo presidente. Un dilema en medio de una campaña electoral agotadora e interminable en la cual la remontada de Massa se debe a todas luces al descarado plan platita. Traducido: compra de votos con fondos públicos. Y, asimismo, al miedo que sembraron los suyos frente a una eventual victoria de un candidato excéntrico de prédica agresiva que, entrenado como (leer más)

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España juega a los dados

La campaña para las elecciones generales de este domingo en España aporta como novedad el grado de fragmentación política: cinco partidos compitiendo a escala nacional, como si se tratara de una partida de dados. Cuatro candidatos presidenciales, Pedro Sánchez (PSOE), Pablo Casado (PP), Albert Rivera (Ciudadanos) y Pablo Iglesias (Unidas Podemos), protagonizaron dos debates en dos días consecutivos con intercambios de golpes directos. El quinto, Santiago Abascal, líder del partido ultraderechista Vox, no estuvo por falta de representación parlamentaria, pero no por ello estuvo ausente. La clave de las elecciones de España son las alianzas, ya que ninguno podrá gobernar sin una mayoría en el Congreso de los Diputados El presidente del gobierno, Sánchez, dijo: «No está en mis planes intentar pactar con un partido (Ciudadanos) que ha intentado poner un cordón sanitario al PSOE«. Rivera aseguró que es el único que ha dicho con quién quiere pactar y volvió a tender la mano al PP para formar un gobierno de coalición. Casado acusó a Sánchez de ser como una «matrioska», una muñeca rusa, con (leer más)