Política

Moros contra cristianos

Seis años y monedas después de la Primavera Árabe, Egipto restauró el estado de emergencia. La medida, en vigor durante 83 de los últimos 103 años, aumenta los poderes de la policía e restringe la libertad de movimiento. El presidente Abdel Fatah al Sisi echó mano de ella, con la venia del Parlamento, después de los atentados contra la Catedral de San Marcos, en Alejandría, y la Iglesia de San Jorge, en Tanta. Ambos coincidieron en forma intencional con el Domingo de Ramos, puntal de las evocaciones de la pasión, la muerte y la resurrección de Cristo. También coincidieron con los preparativos para la visita a Egipto del papa Francisco, prevista para el 28 y el 29 de abril. Nada es casual: el Daesh, ISIS o Estado Islámico midió el impacto de las masacres contra los coptos. La palabra copto deriva del término griego aigyptos, razón por la cual copto y egipcio son casi sinónimos. Esa rama cristiana, blanco de ataques durante la Navidad de 2016, compone una minoría en la población egipcia, de mayoría (leer más)

Política

Tercera Guerra, primera parte

Cuando cayó el Muro de Berlín afloró una pregunta: “What’s left?”. Traducido: “¿Qué queda?”, “¿qué es izquierda?” o, fusionado, “¿qué queda de la izquierda?”. Veinticinco años después, aflora la misma pregunta para la Primavera árabe, iniciada en Túnez y diseminada en otros países en 2011: ¿qué queda de aquellas protestas laicas y políticas, no religiosas, que apuntaban al establecimiento de democracias, con alternancia en el poder e instituciones capaces de mediar entre el legado oprobioso de las dictaduras y las monarquías y los dictados radicales del Islam? En Túnez, Egipto y Libia cayeron los dictadores vitalicios, antes apañados por los gobiernos occidentales. En Siria estalló la guerra civil. En Irak, los milicianos del Estado Islámico (EI) garabatean ahora en las fachadas de las casas de los cristianos la decimocuarta letra del alfabeto árabe, nun (ن). Es la inicial de nasrani (nazareno). Los nazarenos, devotos de Jesús de Nazaret, son presas del pánico frente a la limpieza religiosa, pariente de la étnica, que ha emprendido el grupo sunita, separado de Al-Qaeda. Los moradores de las casas (leer más)