Política

Varones blancos enojados

Donald Trump dice que los Estados Unidos volverán a ser un gran país. Hillary Clinton replica que nunca dejaron de serlo. Para Trump, Hillary es “la chueca”. Para Hillary, Trump es “un fraude”. Sólo uno de cada cuatro norteamericanos tiene una buena impresión de ambos candidatos. Está bien: son los pocos que votan en las presidenciales mientras corta clavos el resto de la humanidad, algo así como 7.000 millones de personas. ¿Por qué tanta expectativa? Porque, nos guste o no, el forcejeo entre la libertad y la equidad en ese país, así como el tono de la campaña, define la tendencia de la democracia en otras latitudes. En casi todas, diría yo. La campaña quedó a trasluz en la convención republicana realizada Cleveland, Ohio, donde Trump aceptó la candidatura. “¡Que la encierren!”, clamaba la multitud, convencida de las faltas de Hillary como secretaria de Estado durante el primer período de Barack Obama en Libia, Nigeria, China, Siria, Rusia y Cuba. Más que errores, crímenes, como el ataque en 2012 contra el consulado norteamericano de Bengasi, (leer más)

Política

Trump es un buen Marine

George W. Bush terminó su presidencia haciéndose una pregunta: ¿por qué nos odian? La formuló por primera vez en el Congreso el 21 de septiembre de 2001, diez días de los peores atentados en la historia de los Estados Unidos. E insistió en planteársela hasta el último día. Colin Powell, secretario de Estado durante su primer período, había intentado hallar una respuesta. Contrató a Charlotte Beers, ex presidenta de agencias de publicidad top de la avenida Madison, de Nueva York, como J. Walter Thompson y Ogilvy & Mather, Si ella había sido capaz de convencerlo de comprar el arroz marca Uncle Ben´s, también iba persuadir a aquellos que tenían una imagen negativa del país. Durante su primera misión, en El Cairo, Beers chocó con el primer obstáculo: no entienden, admitió, y no importa cuánto te esfuerces en hacerles entender. Después derrapó: renunció al cargo de subsecretaria de Estado en Asuntos Públicos y Diplomacia Pública aduciendo razones de salud. Powell concluyó entonces: la brecha entre quiénes somos, cómo queremos que nos vean y cómo somos vistos (leer más)