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Cambio de época en Argentina

En Argentina, dos más dos no suman cuatro, observaba antes del balotaje Orestes Enrique Díaz Rodríguez, profesor investigador en Ciencia Política de la Universidad de Guadalajara, México. Basaba esa anomalía empírica, como la definió, tanto en la adhesión de la excandidata presidencial Patricia Bullrich, la gran derrotada en las generales, al candidato libertario Javier Milei, la gran sorpresa desde las primarias, como en el repunte del ministro de Economía, Sergio Massa, en un país quebrado por la inflación y las penurias sociales. Ganó Milei y, en cierto modo, rompió el sistema. En ese entramado, Milei colgó la motosierra de la campaña y abrazó a Bullrich, tildada de “montonera tira bombas”. Massa sustituyó de facto a un presidente prácticamente ausente e irrelevante, Alberto Fernández, desahuciado por propios y extraños con una reprobación exorbitante. Detrás de Bullrich, a su vez, estuvo el expresidente Mauricio Macri, el gran ganador del duelo, por más que haya encendido la mecha para dinamitar su propio espacio, Juntos por el Cambio, en beneficio de Milei. Detrás de Massa estuvo la vicepresidenta Cristina (leer más)