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La indiferencia del mundo

La disolución de la autoproclamada República de Nagorno Karabaj pone un broche al brutal embate del gobierno autocrático de Azerbaiyán contra su población, de mayoría armenia. El doloroso éxodo hacia Armenia de miles de personas en vehículos serpentea en las empinadas montañas del Cáucaso Sur a pesar de la promesa del presidente azerí, Ilham Aliyev, de crear un enclave multiétnico. Difícil en una región en la que, más allá de las diferencias étnicas y religiosas entre musulmanes (azeríes) y cristianos (armenios), prima el resentimiento después de varias rondas de combates mortales desde la disolución de la Unión Soviética. La capitulación del presidente de Nagorno Karabaj, Samvel Shahramanián, implica el final a plazo fijo de la República de Artsaj, como la llaman los armenios, el 1 de enero de 2024. Implica también la recuperación a sangre y fuego de un territorio a un costo tan alto como un genocidio a los ojos del especialista en derecho internacional Luis Moreno Ocampo, primer fiscal de la Corte Penal Internacional entre 2003 y 2012, y fiscal adjunto del Juicio (leer más)