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El arresto de Julian Assange

Tras las sospechas de estar siendo espiado y el anuncio de que su suerte podía cambiar “en horas o días”, el periodista y fundador de Wikileaks, el australiano Julian Assange, ha sido detenido por la policía metropolitana de Londres después de que el gobierno de Ecuador le retirara el asilo diplomático. Assange había entrado en la legación ecuatoriana en 2012 para evitar su extradición a Suecia, que entonces solicitaba su entrega por presuntos delitos sexuales. Assange burló constantemente las medidas de seguridad de la embajada ecuatoriana y causó a ese país serios conflictos diplomáticos El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, explicó a través de un vídeo y de su cuenta oficial en la red social Twitter que su país había “decidido soberanamente retirar el asilo diplomático a Julian Assange por violar reiteradamente convenciones internacionales y protocolos de convivencia”. Assange burló constantemente las medidas de seguridad de la embajada ecuatoriana y causó a ese país serios conflictos diplomáticos con su constante injerencia en los asuntos internos de otras naciones, como la publicación de correos internos del (leer más)

Política

Trump y Putin, extraña pareja

Por Jorge Elías Cuando todo parecía calmarse después de los escándalos desatados por las intromisiones de Vladimir Putin y de WikiLeaks en las presidenciales de los Estados Unidos, el FBI desató otro vendaval. Su director, James Comey, aportante en las últimas campañas republicanas, anunció que investiga nuevos correos electrónicos que comprometerían a Hillary Clinton. Surgieron de una pesquisa paralela, la de Anthony Weiner, ex congresista demócrata y marido en trámite de separación de Huma Abedin, persona de máxima de Hillary en el Departamento de Estado y en la campaña electoral. Weiner fue descubierto tres veces por su ex esposa enviándoles fotos suyas en paños menores a sus admiradoras por las redes sociales y el correo electrónico. En su teléfono móvil descubrió ahora el FBI correos electrónicos con información clasificada de Hillary durante su gestión como secretaria de Estado. Hillary creyó resuelto el embrollo de los correos electrónicos cuando fue exonerada por el Congreso. Denunció, a su vez, el presunto vínculo entre Putin y su rival, Donald Trump. Que no, que no lo conozco de nada, (leer más)

Economía

Desechada la ley, hecha la trampa

La filtración masiva de los Panamá Papers es un signo de los tiempos: coincide con el inminente final del secreto bancario en Suiza Un par de meses antes de la divulgación de los Panamá Papers, el fiscal general de Suiza había advertido a las compañías estatales de Malasia que corrían el riesgo de una malversación de fondos del orden de los 4.000 millones de dólares. No era usual que destapara la lata de gusanos, como suelen decir los investigadores, el país más reservado del planeta, últimamente salpicado por el caso Petrobras en Brasil; las tropelías de los dirigentes de la FIFA, empezando por su ex presidente suizo, Joseph Blatter; el procesamiento por fraude fiscal de Jérôme Cahuzac, ex ministro de Presupuesto de Francia, y la financiación irregular de partidos políticos en España. El aviso de Suiza sobre un fondo de inversión del gobierno malayo, conocido como 1MDB, provocó un escándalo. También dejó entrever un inminente y abrupto giro en un ámbito tan discreto y oscuro como el de las cuentas bancarias y las compañías offshore. (leer más)

Sociedad

Sé qué hiciste anoche

Bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo y contra otras plagas, la vigilancia clandestina de los gobiernos ha aumentado en forma desmedida en todo el mundo “Can you hear me now?”, tecleó Edward Snowden. Con esas cinco palabras, apenas tres en castellano (“¿Pueden oírme ahora?”), el hombre que ventiló las intimidades de la inteligencia de los Estados Unidos, refugiado en Rusia desde 2013, estrenó su cuenta de Twitter. El primer tuit de Snowden fue compartido por 25.000 personas en apenas una hora. En unos días superó el millón y medio de seguidores. Entre ellos, el ex vicepresidente norteamericano Al Gore y la actriz Whoopi Goldberg. En su biografía escribió: “Solía trabajar para el gobierno. Ahora trabajo para el público”. Sigue a una sola cuenta: la NSA (Agencia de Seguridad Nacional), su antiguo empleador. Héroe para algunos, traidor para otros, Snowden se había comprometido a no divulgar secretos de Estado, pero también juró defender la Constitución contra los enemigos extranjeros y nacionales. Con su denuncia, tras haber prestado servicios para la NSA, dejó al (leer más)

Política

La tragedia griega

El descontento global, abonado por la creciente xenofobia y por la precaria situación económica en Europa, se adereza con el desgaste de los pilares sobre los cuales descansaba el mundo posterior a la Guerra Fría François Hollande fue investido presidente de Francia con la premisa de rechazar la hoja de ruta trazada por la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional). No lo hizo. Después, en Italia, el primer ministro Matteo Renzi amenazaba con incumplir las exigencias de pago de la deuda, atizadas por la canciller de Alemania, Angela Merkel. Tampoco lo hizo. ¿Por qué la tercera intentona, coronada con la rotunda victoria de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza) en Grecia, parece ser la vencida? Porque polarizó a Europa entre Berlín y Atenas o, frente a la ventanilla de los acreedores, entre la sumisión y la rebelión. La rebelión de los deudores, más allá del errático historial de pagos de cada país, encontró en el primer ministro griego, Alexis Tsipras, un puntal en la confrontación contra los intereses de la (leer más)

Política

La otra cara de la guerra

Los ataques informáticos contra gobiernos y compañías privadas, cada vez más frecuentes y preocupantes, entrañan el riesgo de una mayor intromisión estatal en la intimidad de las personas Antes de desembarcar en Irak, el Pentágono alertó a George W. Bush sobre la posibilidad de congelar las cuentas bancarias de Saddam Hussein en el exterior por medio de un sabotaje informático. Era un plan secreto. Los Estados Unidos podían ganar la guerra sin lanzar un solo misil. Hussein no iba tener dinero para pagarles a sus tropas ni para reponer suministros. El presidente norteamericano caviló un instante. El riesgo era la eventual réplica: un fenomenal ciberataque capaz de desatar una crisis financiera global. Ni su gobierno ni los de sus aliados estaban en condiciones de contrarrestar un golpe de esa magnitud. Lo desechó. Más de una década después, los atentados terroristas en Francia, cuyo gobierno se opuso entonces a la guerra contra Irak, desnudaron la otra cara de aquello que el papa Francisco insiste en llamar Tercera Guerra Mundial “por partes”. Lo hizo esta vez durante (leer más)