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Maratón electoral 2024

“Es probable que los votantes recompensen a los líderes que responden a sus necesidades más fundamentales, aunque en algunos casos sin necesariamente importar si valoran la democracia, un gobierno limpio o el Estado de derecho”, dice Tamara Taraciuk, directora del Programa de Estado de Derecho Peter D. Bell en Diálogo Interamericano, en un artículo titulado El superciclo electoral de América Latina dependerá de un factor clave. Por derecha o por izquierda, la concentración de poderes en un solo puño predomina en algunos países. Lo explica de este modo en el programa Cuarto de Hora, de CADAL TV: “Bukele hizo en dos años lo que a Chávez le llevó diez”. Taiwán, en Asia, y Comoras, en África, dieron el pistoletazo de largada del superaño electoral. En 2024 habrá casi 100 elecciones, de las cuales la mitad serán presidenciales. Entre ellas, seis en Iberoamérica: El Salvador, México, República Dominicana, Uruguay, Panamá y Venezuela. Y otras cruciales más allá de sus fronteras, como las de Estados Unidos, Rusia, India y el Parlamento Europeo. Esto significa que el 49 (leer más)

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Medio mundo va las urnas

Casi la mitad de la población mundial acudirá o estará llamada a acudir a las urnas en 2024. ¿Será el año de la democracia? Lamentablemente, “la salud de la democracia no es tan rozagante” como parece, expone Marcelo Cavarozzi, doctor en Ciencia Política por la Universidad de California en Berkeley, durante una entrevista en el programa Cuarto de Hora, de CADAL TV. Habrá elecciones en India, el país más poblado del planeta después de haber superado a China, y en Estados Unidos, el más influyente, así como en Rusia, donde Vladimir Putin buscará ser reelegido. En Iberoamérica, El Salvador, México, Panamá, República Dominicana, Uruguay y Venezuela también tendrán su cita con las urnas. Cavarozzi, consejero académico de CADAL especializado en política comparada de Iberoamérica y en la relación entre el capitalismo y la democracia, observa: “Las sociedades cambiaron tan radicalmente que la política quedó desubicada». En más de 70 países, los ciudadanos elegirán mandatarios y legisladores en un contexto marcado por las guerras en la Franja de Gaza y en Ucrania y, en todo el (leer más)

Política

La derrota de los gobiernos

La toma de posesión de Javier Milei en Argentina tras su victoria en el balotaje forma parte de un ciclo. El de las derrotas de los partidos de gobierno en Iberoamérica. Con una excepción: Paraguay, donde el inoxidable Partido Colorado revalidó títulos más allá de que el nuevo presidente, Santiago Peña, no haya sido bendecido por su antecesor, Mario Abdo Benítez. En total, según Latinometrics, el 73% de los oficialismos mordió el polvo en la última década, marcada en su tramo final por la pandemia del malhumor, la guerra de Rusia contra Ucrania y economías que no respondieron a las expectativas de la ciudadanía. La epidemia de sinsabores excluye a regímenes que se codean con el rancio epitafio del autoritarismo, como la Cuba de Miguel Díaz-Canel, la Venezuela de Nicolás Maduro y la Nicaragua de Daniel Ortega. Tres modelos del mismo cuño, más allá de que celebren elecciones. Periódicas y amañadas, inclusive en la isla. El caso peculiar resulta ser Brasil, gobernado de 2003 a 2010 por Luiz Inácio Lula da Silva, luego por Dilma (leer más)

Sociedad

La mano dura en Iberoamérica

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, encarna con su lucha sin cuartel contra las pandillas aquello que, en el ideario popular, representaba el dictador chileno Augusto Pinochet en 1973. Pasó medio siglo. La mano dura, más allá de los excesos, se ha convertido en una moneda de cambio en Iberoamérica. Dos de cada diez jóvenes de 16 a 25 años que no vivieron los años de plomo están de acuerdo y un 13 por ciento de los mayores de 61 años también. Son porcentajes bajos, pero ambas generaciones se dan la mano en la encuesta anual de Latinobarómetro, que ausculta el pulso de la región desde 1995. Bukele, en el gobierno desde 2019, anunció en julio que pretende ser reelegido en 2024. No puede. En teoría. La letra constitucional de su país solo permite la reelección no consecutiva. Dice el informe: “La gran diferencia con la ola de recesión democrática de los años sesenta del siglo XX es que no hay militares. Esta vez, todos los dictadores son primero civiles elegidos en comicios libres (leer más)