El minué de los viejos hábitos
La pandemia del coronavirus nos cambió la vida. Es una suerte de minué, antiguo baile de pareja originario de Francia, con movimientos moderados, saludos y posturas galantes, muy difundido en los siglos XVII y XVIII, que va y viene como si nada hubiera pasado. El minué del COVID-19 nos puso de este lado del presente, como si hubiera dos dimensiones. E hizo que nos preguntáramos en algún momento de estos cuatro meses y monedas de confinamiento y restricciones cómo vivimos, dónde trabajamos, cuál es nuestro lugar en el mundo. Abrazamos en mayor o menor medida la introspección. Y pensamos en nosotros y en los demás. La rueda siguió girando y, mientras tanto, el minué de la política y de la economía continuó haciendo de las suyas. Pocas actividades como la educación pudieron ponerse a tono con las circunstancias, como destaca el doctor Avelino Porto, presidente de la Universidad de Belgrano. La nueva normalidad, ya instalada, choca a veces con los viejos hábitos. Los de la otra dimensión. Con esas rencillas que afloran de tanto en (leer más)