Economía

El TEG de Putin y el go de Xi

La batería de sanciones sin precedente contra Rusia por la repentina crisis humanitaria causada en Ucrania no surtió efecto hasta ahora. ¿Estaba preparado Vladimir Putin para enfrentar el reto financiero? Veinte días después del comienzo de la guerra, Rusia iba a caer en default (incumplimiento de pagos). Debía saldar ese día, el 16 de marzo, intereses de la deuda pública. Algo así como 117 millones de dólares. Una propina para sus arcas. Disponía de los fondos en dólares en el exterior, pero estaban congelados. Era imposible liquidar el vencimiento en rublos, moneda en caída libre a raíz de la guerra. Sobre la hora, el banco norteamericano JP Morgan aceptó el pago en dólares y, como corresponsal de Rusia, envió el dinero al Citigroup, encargado de remitirlo a los tenedores de bonos rusos. Curiosamente, el gobierno de Estados Unidos, impulsor de las sanciones codo a codo con sus aliados europeos, aprobó la transacción. El default, en caso de concretarse, iba a ser artificial, según el ministro de Finanzas de Rusia, Anton Siluanov. Era un monto testimonial (leer más)

Catalejo

Con la música a otra parte

Detrás del secretario de Defensa del Reino Unido, Liam Fox, unas manos improvisaban sobre un periódico enrollado los acordes de una melodía pegadiza. Un rock, al parecer. Los dedos, que simulaban sostener una púa para tocar la guitarra, no seguían el ritmo cansino de los ominosos anuncios de reducción de gastos del colaborador del primer ministro David Cameron, sino los acordes de un reproductor de audio que tronaba, estridente, en los oídos del parlamentario europeo Graham Evans. La debilidad por la música terminó saliéndole cara. Lo reprendieron con severidad por su pésima conducta en la Cámara de los Comunes. Todo gobierno es como una guitarra: se toma con la izquierda y se ejecuta con la derecha. La suerte ha sido esquiva para unos y cercana para otros. En Argentina, Ramón “Palito” Ortega incursionó con escasa fortuna en la política. En Panamá, Rubén Blades quiso ser presidente en 1994. Quedó tercero. En 2004 apoyó la candidatura presidencial de Martín Torrijos, hijo de Omar Torrijos, y ejerció el cargo de ministro de Turismo entre 2004 y 2009. (leer más)

Catalejo

Beso a beso

Cada 13 de abril se celebra el Día Internacional del Beso gracias a una pareja tailandesa que estableció en esa fecha en 2011 un récord mundial al besarse durante 46 horas y superarse a sí misma, al año siguiente, con un beso de 58 horas de duración Por Jorge Elías Más de 500 personas formaron con sus cuerpos labios gigantescos, lanzaron globos al aire y, después, se concentraron en un apasionado beso. ¿Románticos? Sí y, también, rusos. Ocurrió en la ciudad de Nizhni Novgorod. El beso tiene su día internacional, el 13 de abril de cada año, por la proeza de una pareja tailandesa que permaneció con los labios sellados durante 46 horas en 2011 y se superó a sí misma, al año siguiente, con otro beso de larga duración, 58 horas, 35 minutos y 58 segundos. Lo del Día Internacional del Beso tiene su correlato nacional. Data del siglo XIX en Gran Bretaña. En Moscú son habituales los besos prolongados en las escaleras mecánicas del metro, de 126 metros de profundidad. Los rusos pretenden arrebatarle el (leer más)

Sociedad

La ignorancia es la fuerza

La estupidez no tiene límite cuando los gobiernos pretenden tapar el sol con un dedo censurando o controlando aquello que les resulta incómodo El gobierno chino hizo desaparecer en un pispás un documental sobre la contaminación ambiental que había sido visto por 200 millones de personas en cinco días. No era conveniente que el video Under the Dome (Bajo la Cúpula), de la periodista Chai Jing, circulara alegremente por las redes sociales. En Tailandia, la novela 1984, de George Orwell, se ha convertido en un símbolo de protesta desde que el general Prayuth Chan-ocha, primer ministro gracias al golpe militar que culminó con su nombramiento el 21 de agosto de 2014, decidió inhibir su lectura. El mismo título, publicado en 1949, bate récords de venta en los Estados Unidos por el escándalo de espionaje masivo denunciado por Edward Snowden. La estupidez no tiene límite cuando manda la censura. Tampoco tiene límites cuando los medios de comunicación engañan a sus lectores, oyentes o televidentes con versiones tergiversadas de la realidad, de modo de apoyar una causa nacional, como (leer más)