Política

La nueva telenovela de Brasil

Desde la década del cincuenta, la telenovela mantiene en vilo a Brasil. La intercalan con el noticiero. El noticiero, esta vez, estrenó una nueva saga. La de la campaña de 2022, tras la cual Jair Bolsonaro pretende ser reelegido, en lidia con un actor que parecía fuera de reparto: Luiz Inácio Lula da Silva. Lula, dos veces presidente, no zafó de su embrollo por corrupción y blanqueo de dinero, pero Edson Fachin, juez del Tribunal Supremo, anuló cuatro causas en su contra por la falta de competencia de la justicia federal de Curitiba, a cargo de Sérgio Moro, luego ministro de Justicia de Bolsonaro, primero estrella, luego estrellado, y restableció sus derechos políticos. La nueva telenovela supone la revisión de los procesos contra Lula en Brasilia por recibir prebendas a cambio de favores políticos. Otro desfile frente a los tribunales después de haber salido de la cárcel en noviembre de 2019 por un fallo del Tribunal Supremo. La decisión a favor de Lula de uno de los 11 jueces de ese órgano implica la judicialización (leer más)

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Bolsonaro, reforma previsional y después

Sólo un 33 por ciento de los brasileños aprueba la gestión del presidente Jair Bolsonaro con la calificación de muy buena o buena mientras una proporción similar la tilda de pésima o mala, según una encuesta del Instituto Datafolha. Se trata, a siete meses de gobierno, de la peor evaluación para un mandatario de Brasil desde la presidencia de Fernando Collor de Mello en los noventa. Bolsonaro quiso recuperar posiciones con la reforma previsional Si bien la tasa de rechazo de Bolsonaro es menor que la de Collor, quien se vio obligado a renunciar antes de que el Congreso votara su destitución en 1992, varios factores contribuyen ahora a empeorar su imagen. Uno de ellos es la crisis económica. El otro es el escándalo de las filtraciones del caso Lava Jato, que salpicaron al exjuez Sérgio Moro, actual ministro de Justicia en uso de licencia del 15 al 19 de julio. Bolsonaro quiso recuperar posiciones con la reforma del sistema de jubilaciones, aprobada en la primera de dos votaciones en la Cámara de los Diputados. (leer más)

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Moro: el juez juzgado

La revelación que echa un manto de duda sobre la limpieza del proceso judicial que ha llevado a prisión al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y que ha detonado un sinfín de causas, arrestos y condenas en América latina obligó a Jair Bolsonaro a defender a su ministro de Justicia, Sérgio Moro, paladín de la investigación del caso de corrupción más grande la historia de Brasil. El Lava Jato. En el centro del debate se encuentran los mensajes de texto publicados por el portal The Intercept, del periodista norteamericano Glenn Greenwald, entre Moro, cuando era juez, y el fiscal Deltan Dallagnol, con comentarios políticos reñidos con la Constitución y el Código Penal. Moro condenó a Lula en tiempo récord antes de las presidenciales de 2018 Moro, cuya honradez se ve cuestionada por haber dictado sentencia antes de las presidenciales de 2018 e impedirle a Lula ser candidato, compareció a petición propia ante el Senado, donde negó la autenticidad de los mensajes. Le quitó de ese modo a los legisladores la potestad de formar una (leer más)

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Filtraciones y goteras en Brasil

La filtración de los mensajes de texto durante la investigación del caso Lava Jato entre el juez Sérgio Moro, ahora ministro estrella de Jair Bolsonaro, y el fiscal Deltan Dallagnol dejó al descubierto una intencionalidad política reñida con la Constitución y el Código Penal de Brasil. La revelación de The Intercept, portal del periodista norteamericano Glenn Greenwald, echó un manto de duda sobre parte de la pesquisa que derivó en procesos judiciales en varios países de América latina y llevó a prisión a un centenar de personas. Entre ellas, Luiz Inácio Lula da Silva, condenado en tiempo récord antes de las presidenciales de 2018. Greenwald había ventilado en 2013 las intromisiones de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA) en la petrolera estatal Petrobras por las cuales la presidenta Dilma Rousseff canceló una visita oficial a Barack Obama. Edward Snowden, cobijado en Moscú por el pedido de arresto de Estados Unidos después de haber trabajado en el Centro de Operaciones de Amenazas de la NSA en Hawai, la CIA y compañías privadas, le (leer más)

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El juez que condenó a Lula será ministro de Bolsonaro

Después de haber dicho que iba a dedicar su vida al Poder Judicial y que jamás iba a enrolarse en la política, el juez Sérgio Moro aceptó la propuesta del presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro. Será una suerte de superministro de Justicia y Seguridad desde la asunción del nuevo gobierno, el 1 de enero. Moro condenó a 12 años y un mes de prisión al expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, impedido de ser candidato en las últimas elecciones. El PT y gran parte del arco político brasileño interpretó, con la designación de Moro, que la Operación Lava Jato tuvo intenciones políticas. «Acepté honrado la invitación y lo hice con cierto pesar porque tendré que abandonar veintidós años de magistratura», declaró Moro después de la oferta de Bolsonaro Tres días antes de la primera vuelta, Moro hizo pública la declaración que hizo a cambio de una rebaja de la condena António Palocci, exministro de Hacienda: los sobornos permitieron que se aprobaran nueve cada 10 leyes durante los gobiernos del PT.   Además En medio (leer más)

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Bolsonaro casi da el batacazo

De cotizarse más alto el rechazo que la adhesión, el candidato ultraderechista Jair Messias Bolsonaro hubiera estado cerca de ganar en la primera vuelta las presidenciales de Brasil. Tanto Bolsonaro como Fernando Haddad, designado por Lula desde la prisión como candidato por el desflecado Partido dos Trabalhadores (PT), rivales en la segunda vuelta del domingo 28, cosechan más espanto que esperanza en un país corroído por la violencia, la recesión y la corrupción. El odio radicalizó a Brasil, relegando a los candidatos moderados al papel de acompañantes o sostenes de la democracia. Bolsonaro arrasó en la primera vuelta, acaso como Jean-Marie Le Pen en las presidenciales de Francia de 2002, recuerda Marcelo Cantelmi en Clarín. Entonces, la democracia creó anticuerpos. Terminó siendo reelegido Jacques Chirac. El presidente conservador había ganado la primera vuelta a diferencia de Haddad, casi 20 puntos por debajo de Bolsonaro. En Brasil, la fisura social, resumida en “nosotros contra ellos”, no fue inventada por Bolsonaro, sino por Lula desde el primer escándalo de corrupción que sacudió a su gobierno: el mensalão (leer más)