Política

Amigo de Bin Laden y aliado de Bush

En vísperas de las presidenciales norteamericanas de 2000, George W. Bush no sabía cómo se llamaba el presidente de Pakistán. Un año después, tras la voladura de las Torres Gemelas, el general Pervez Musharraf, criticado tanto por la mano dura que aplicaba en su país como por su amistad pretérita con Osama bin Laden, iba a convertirse en un aliado clave de Estados Unidos: cedió su espacio aéreo para el despliegue de la mayor coalición de la historia en el vecino Afganistán, nido del régimen talibán y de Al-Qaeda, y entregó a varios sospechosos de terrorismo que luego iban a ser interrogados en Guantánamo. Bush no pagaba caro su lapsus o su desliz, sino el favor recibido. Musharraf tenía un defecto de fábrica: había derrocado como jefe del ejército al primer ministro Nawaz Sharif, hermano del actual primer ministro, Shehbaz Sharif, en 1999. Era un presidente de facto. Sus herederos políticos, así como aquellos que respondían a la ex primera ministra Benezir Bhutto, asesinada a finales de 2007, se aprestaban a sucederlo tras su renuncia (leer más)

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La crisis sin fin del Perú

A Katya Salazar, directora ejecutiva de la Fundación para el Debido Proceso (DPLF), no le caben dudas: “Lo que hizo Pedro Castillo fue un autogolpe, un acto inconstitucional”, afirma en el programa Cuarto de Hora, de CADAL TV, desde Washington. Salazar, abogada por la Pontifica Universidad Católica del Perú con estudios de maestría en la Universidad de Heidelberg, Alemania, y amplios antecedentes en la investigación de los derechos humanos en su país y en la región, conviene en que la salida intempestiva del expresidente peruano, el 7 de diciembre, y su detención tras el intento de disolver el Congreso e instaurar un gobierno de excepción “prendió fuego la pradera”. Las multitudinarias protestas que inundan el Perú desde hace casi dos meses no han logrado forzar la renuncia de la presidenta Dina Boluarte. “El Congreso se ha convertido en un espacio para intereses personales”, señala Salazar El gobierno se mantiene pese a las demandas de los manifestantes: desde la disolución del Congreso, la institución más desprestigiada, hasta la dimisión de Boluarte, el adelanto de las elecciones (leer más)

Economía

La decepción de los británicos con el Brexit

La salida del Reino Unido de la Unión Europea, conocida como Brexit​, no resultó ser la solución, sino el problema. Al menos para muchos británicos desencantados con aquello que se hizo efectivo hace tres años, el 31 de enero de 2020, después de que el 52 por ciento aprobara el divorcio en el referéndum de 2016. La guerra en Ucrania y la pandemia contribuyeron al malestar, pero muchos le confieren al Brexit la inflación más alta en las últimas cuatro décadas, el aumento del precio de la energía, el sobrante del mes al final del sueldo y las huelgas de los empleados de servicios esenciales, como los conductores de ambulancias y las enfermeras. Piensan que los perjuicios provocados por el laberinto del Brexit exceden los beneficios prometidos por sus promotores. El final de la libre circulación con el continente impactó tanto en el mercado laboral como en la importación de productos. Faltan más de 300.000 personas en la fuerza laboral del país a causa del Brexit, dice el Financial Times. El Reino Unido dejó de (leer más)

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Las contradicciones de la Celac

El contrapunto entre el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, y la mayoría de los mandatarios que participaron de la VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en Buenos Aires marca el tono de la disputa en la región sobre tres ejes fundamentales: la democracia, los derechos humanos y las instituciones. “La Celac da la impresión de ser un club de amigos autoritarios”, dice Julio Montero, doctor en Filosofía por la Universidad Nacional de La Plata y en Teoría Política por la University College London, en el programa Cuarto de Hora, de CADAL TV. Mientras el Perú y Bolivia arden en protestas, el foro político insistió en poner fin al embargo contra Cuba, rechazar las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela e ignorar deriva autoritaria de Nicaragua. “Estoy sumamente preocupado por la regresión en la democracia y los derechos humanos en la región”, confiesa Montero, consejero académico de CADAL, investigador adjunto del Conicet y profesor de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad de San Andrés. En el cónclave, (leer más)

Catalejo

Los coreanos se quitan años

El popular cantante coreano Kim Tae-hyung, más conocido por su nombre artístico V, nació el 30 de diciembre de 1995. Tiene 27 años. En teoría. En Corea del Sur, el recién nacido viene al mundo con año y en el año nuevo cumple otro. Eso significa que Kim festejó dos cumpleaños en un par de días. El método para contar la edad de ese modo es originario de China y de otros cofines de Asia. Corea del Sur dispone de tres métodos para contar la edad. Oficialmente, el país utiliza el sistema de conteo internacional desde 1962, pero también aplica el que supone que ganan un año cada 1 de enero y otro que responde a la edad calendario. En buen romance, un bebé nacido en diciembre de 2022 cumplió dos años el 1 de enero de 2023. La Asamblea Nacional de Corea del Sur aprobó una ley que elimina los métodos tradicionales de contar la edad. La llamada edad coreana desaparecerá en los documentos oficiales. Bajo esos sistemas, Kim o V, cantante de la (leer más)

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El autoritarismo competitivo

El asalto de los tres poderes de Brasil refleja una crisis. La de la democracia, lastrada en todo el mundo por las dificultades económicas, la caída de las expectativas sociales, la virtual extinción de los partidos políticos tradicionales y la irrupción de líderes autoritarios al frente de coaliciones o movimientos populistas. Un fenómeno que Ignacio Labaqui, consejero académico de CADAL, llama “autoritarismo competitivo” en el programa Cuarto de Hora, de CADAL TV. La fisura de Brasil remite a la de Estados Unidos. En ambos casos, con la negación de la derrota en las elecciones de Jair Bolsonaro y de Donald Trump, respectivamente. Tanto uno como el otro conservan mayorías de número de legisladores, lo cual lleva a minorías radicalizadas, como la de los republicanos en la Cámara de Representantes, a imponer la agenda. Labaqui, profesor de Política Latinoamericana y Teoría de las Relaciones Internacionales en la Universidad Católica Argentina (UCA) y de Gobernanza Regional Comparada en el Máster de Estudios Internacionales en la Universidad del CEMA, advierte que las crisis “representan un riesgo para la (leer más)

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El drama de los desaparecidos en México

México ha superado una cifra simbólica y alarmante. La de 100.000 personas desaparecidas. El comienzo de esta tragedia coincidió con la guerra contra el narcotráfico, declarada por el presidente Felipe Calderón a finales de 2006. Siguió durante el quinquenio de Enrique Peña Nieto. Y no solo no se detuvo, sino que se acentuó en la presidencia de Andrés Manuel López Obrador. El fenómeno de las desapariciones y de la impunidad no respeta colores políticos. Ni el Partido Acción Nacional (PAN) de Calderón ni el Partido Revolucionario Institucional (PRI) de Peña Nieto ni Morena, el de López Obrador, lograron detenerlo. “Los familiares notan que no hay una voluntad ni interés ni coordinación entre los distintos organismos del Estado para esclarecer los casos”, concluye Horacio Ravenna, miembro experto y relator de México del Comité contra la Desaparición Forzada (CED) de la ONU, en el programa Cuarto de Hora, de CADAL TV, conducido por Jorge Elías. Ravenna, primer director general de Derechos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina de 1983 a 1986, entre otros cargos vinculados (leer más)

Actualidad

Otro asalto a la democracia

A dos años y dos días del asalto del Congreso de los Estados Unidos por seguidores de Donald Trump que no aceptaron la derrota en las elecciones de 2020, miles de partidarios de Jair Bolsonaro invadieron y destrozaron las sedes de los tres poderes de Brasil en rechazo al gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. Una turba descontrolada arribó a la capital en decenas de ómnibus previamente contratados con el fin de deslegitimar la victoria de Lula en la segunda vuelta de las presidenciales del 30 de octubre, por ajustada que haya sido. Contó con la pasividad de la Policía Militar de Brasilia. Los ataques contra el Congreso, el Palacio de Planalto y el Supremo Tribunal Federal tuvieron como objetivo exigir una intervención militar para echar a Lula, presidente por tercera vez desde el 1 de enero. ¿Fue un conato de golpe de Estado, un acto terrorista o una insurrección? Los facciosos marcharon desde el Cuartel General del Ejército, donde permanecían acampados, a nueve kilómetros de la Plaza de los Tres Poderes, ideada por (leer más)

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Lula, 20 años después

Luiz Inácio Lula da Silva tomó posesión por tercera vez de la presidencia de Brasil en un contexto totalmente diferente del que marcó su primer mandato, en 2003. “La democracia en Brasil estaba en peligro con el gobierno de Bolsonaro, dice el sociólogo Demétrio Magnoli, consejero del Centro Brasileño de Relaciones Internacionales (CEBRI), en el programa Cuarto de Hora, de CADAL TV. El presidente saliente, Jair Bolsonaro, no aceptó la derrota en las elecciones del 30 de octubre y prefirió viajar a Estados Unidos antes de entregarle la banda presidencial. Tampoco estuvo en la ceremonia el vicepresidente saliente, Hamilton Mourao. Fue una transición pacífica después de una campaña en la que hubo asesinatos y episodios de violencia que obligaron a ambos candidatos a usar chalecos antibalas. “El nuevo gobierno se comprometió con una política exterior basada en los intereses y los valores de la Constitución brasileña”, acota Magnoli, columnista de Folha de Sao Paulo y O Globo, y comentarista internacional en Jornal das Dez y Em Pauta, de la red GloboNews. Los seguidores de Bolsonaro (leer más)

Actualidad

La fisura de Brasil

Exactamente 20 años después de su primera investidura, Luiz Inácio Lula da Silva asumió por tercera vez la presidencia de Brasil. De 2003 a 2023, mucha agua corrió bajo el puente en un país cada vez más polarizado. El presidente saliente, Jair Bolsonaro, partió rumbo a Estados Unidos. Nunca reconoció la derrota, al mejor estilo Donald Trump. El vicepresidente, Hamilton Mourao, tampoco participó de la ceremonia. En 1985 ocurrió lo mismo: Joao Figueiredo, el último mandatario de la dictadura militar, se rehusó a colocarle la banda a José Sarney. ¿Berrinches de militares sumidos en la Guerra Fría o falta de respeto a las instituciones de la república? El manual del mal perdedor, del cual puede dar cátedra Cristina Kirchner en Argentina al negarse a transferirle el mando a Mauricio Macri en 2015, incluye la presunción fraude, que no existió, y la equiparación entre dictadores y demócratas. Las sociedades fisuradas, inclusive entre amigos y parientes, necesitan la reconciliación de sus líderes para reconciliarse a sí mismas en lugar de los pataleos improcedentes en beneficio propio. Que (leer más)

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El aniversario de un desengaño

A 64 años de la Revolución Cubana, el endurecimiento de las sanciones de Estados Unidos y el colapso del turismo por la pandemia se vieron agravados por una inflación galopante y la escasez de alimentos y medicinas por la guerra en Ucrania. Un panorama desolador que Reinaldo Escobar, periodista independiente y jefe de redacción del diario digital 14ymedio, resume en el programa Cuarto de Hora, de CADAL TV, en una demanda fundamental: “Lo peor para mí, en este momento, es la falta de derechos de las personas”, dice desde La Habana. Escobar explica que el detonante de las movilizaciones del 11 de julio de 2021 pudieron ser los apagones y el desabastecimiento, pero la gente decía de viva voz que quería un cambio. El cambio, agrega Escobar, “no significa otra cosa que no sea la democratización del país, la despenalización de la discrepancia política, la apertura a los derechos económicos de los ciudadanos. Es un cambio tan violento que convertiría a Cuba en otro país”. A sus ojos, “Cuba es como un niño, un pueblo (leer más)

Sociedad

El salvador de El Salvador

Después de nueve meses en estado de excepción, El Salvador cree que encontró al salvador. El presidente Nayib Bukele aplica la mano dura contra las pandillas con la bendición de la ciudadanía. Una catapulta para entusiasmarse con su reelección en 2024 mientras bajan los índices del delito, pero crece la falta de garantías de los derechos humanos. El precio, demasiado alto, supone un deterioro de la democracia mientras el autoritarismo gana terreno.  En menos de un año hubo 1.000 casos graves de violaciones y abusos y la muerte de al menos 90 personas bajo custodia del Estado salvadoreño. Un sondeo de LPG Datos, del diario La Prensa Gráfica, de San Salvador, dice que el 87,8 por ciento de los salvadoreños aprueba los tres años y medio de gestión de Bukele y que el 89,5 por ciento está de acuerdo con el combate de policías y militares contra las pandillas más allá de los métodos. Otro, hecho por la ONG Fundaungo, recoge cifras similares: el 89,8 por ciento se siente conforme con el estado de excepción, (leer más)

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La erosión del Estado de Derecho

El Estado de Derecho ha declinado en todo el mundo por quinto año consecutivo, según la medición anual del Índice del Estado de Derecho 2022 de World Justice Project (WJP), con sede en Washington. La adherencia al Estado de Derecho cayó un 61  por ciento en los 140 países y jurisdicciones que el WJP ausculta cada año, dice la investigadora senior Natalia Rodríguez en el programa Cuarto de Hora, de CADAL TV. ¿Cómo se mide el Estado de Derecho? Con ocho factores: Estos factores se miden por medio de 550 preguntas y variables en encuestas que realizan 3.600 expertos legales en más de 154.000 hogares. Dos tercios de los 140 países en el mundo continuaron disminuyendo sus puntajes en 2022, del mismo modo que en 2021. En América Latina y el Caribe, 21 de los 32 países declinaron su puntuación este año. De esos 21 países, 16 también presentaron un declive en 2021. Entre los mejores puntajes de la región, Uruguay ostenta el primer lugar y ocupa el puesto número 25 en la clasificación mundial, (leer más)

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Vacío de poder en el Perú

La nueva presidenta del Perú , Dina Boluarte, ha declarado el estado de emergencia por 30 días ante las protestas masivas originadas tras la destitución de Pedro Castillo después de su vano intento de disolver el Congreso. La medida, por la cual las fuerzas del orden pueden impedir reuniones, ingresar en domicilios y restringir el tránsito, implica la movilización de la policía nacional y de las fuerzas armadas en forma conjunta. También refleja el vacío de poder, principal síntoma de las crisis recurrentes del Perú. En las calles, sin un discurso unificado, como observa Raúl Ferro, director del Consejo Consultivo de CADAL, en el programa Cuarto de Hora, de CADAL TV, conducido por Jorge Elías, los reclamos son variados: el cierre del Congreso, un adelanto de las elecciones, la renuncia de Boluarte y la libertad de Castillo. “La situación es preocupante, con un grado de incertidumbre complejo para un país que ha venido sufriendo una descomposición institucional paulatina”, agrega Ferro,  excorresponsal en América del Sur de medios de comunicación económicos de Estados Unidos y el (leer más)

Política

Nicaragua no tiene cura

A los ojos de Daniel Ortega, sus enemigos responden a una conjura orquestada por Estados Unidos, el Vaticano y todo aquel que no comulga con el régimen. En agosto ordenó el arresto del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez; de 11 sacerdotes, y de dos seminaristas sin precisar los cargos. Cinco meses antes había expulsado al nuncio apostólico, Waldemar Sommertag, representante del Papa. Hasta las 18 monjas de Misiones de la Caridad, creada por la Madre Teresa de Calcuta, debieron salir de Nicaragua. El país, polarizado desde los años noventa, no tiene cura. La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) ha declarado en desacato permanente a Nicaragua por no respetar sus resoluciones sobre 46 opositores presos por razones políticas. La mayoría está en la opresiva cárcel policial El Chipote, de Managua, desde hace más de un año. Algunos de ellos osaron presentarse en 2021 como candidatos en las presidenciales que ganó sin escollos ni rivales el gobierno de Ortega y de su mujer, la vicepresidenta Rosario Murillo. Lo pagaron caro: fueron arrestados. La farsa electoral (leer más)