Política

Trump tira por elevación

La madre de todas las bombas dio en el blanco: Corea del Norte. Impactó en una red de túneles del ISIS-K (sucursal del Daesh, ISIS o Estado Islámico) en Afganistán, pero sirvió de advertencia para el régimen de Kim Jong-un. Su enorme detonación mató a 36 islamistas. No arrojó víctimas civiles, según el Pentágono. Les abrió paso a las tropas afganas que combaten codo a codo con las norteamericanas contra el Daesh en el nido del régimen talibán, su semillero y el de Al-Qaeda. Ambas facciones, brotes de la misma rama terrorista, combaten entre sí tanto en Afganistán como en Siria y en otros países. Se trató de una demostración de fuerza que, a diferencia de la represalia unilateral contra Siria por el uso de armas químicas, contó con la aprobación del gobierno afgano. El principal destinatario era Corea del Norte, cuyo líder, Kim Jong-un, prepara otro ensayo nuclear para este sábado en coincidencia con el cumpleaños número 105 de su difunto abuelo, Kim Il-sung, fundador del régimen. Trump redobla de este modo la ofensiva (leer más)