Catalejo

Cuando Bush daba la hora

A mediados de 2007, George W. Bush sufrió un percance en la ciudad de Fushe Kruje, Albania. Comenzó a estrechar manos con el reloj puesto y terminó de hacerlo sin él. ¿Se lo habían robado? “Lo encontró uno de sus guardaespaldas y se lo entregó a su mujer”, repuso el gobierno albanés, alérgico al escándalo. Antes de partir, desde la puerta del Air Force One, el presidente de Estados Unidos saludó con el brazo izquierdo en alto. Dejó a la vista la correa de cuero negra de su Timex. La misma marca que usaba Osama bin Laden. Sospechas y suspicacias al margen, el gobierno albanés suspiró con alivio en aquella ocasión. Iba ser embarazoso que Bush perdiera en su país el reloj, un modelo barato, y que sospechara que Bin Laden estuviera detrás del posible robo para tener uno de repuesto. Cuatro años después, Fushe Kruje erigió una estatua de tres metros de altura en honor a su héroe (Bush, no Bin Laden). Bush saluda con el brazo izquierdo en alto, como en su única (leer más)