Política

Mal pronóstico

Los comicios británicos, más allá de la holgada victoria de los conservadores no prevista por ninguna encuesta, marcaron, en cierto modo, el tono global de las campañas electorales Los sondeos vaticinaban elecciones parejas, reñidas. Un virtual empate técnico. Ni el primer ministro británico, David Cameron, reelegido con inusitada holgura, pudo dar crédito al resultado en un primer momento. Su partido, el Conservador, obtuvo la mayoría absoluta de los escaños, en desmedro de los laboristas y de los liberales demócratas, y se adjudicó la posibilidad de formar un gobierno propio, no compartido como en el primer período de Cameron. Lo mismo ocurrió en las elecciones de Brasil, Uruguay, Israel y las europeas, entre otras. Fallaron los pronósticos. El British Polling Council (BPC), supervisor de la publicación de encuestas en el Reino Unido, ha ordenado una investigación para determinar las razones del fiasco masivo, del cual no se salvó ni la inobjetable BBC. Más allá del desenlace, la campaña tuvo varios denominadores comunes tampoco ajenos a otras latitudes: el tono negativo, el aburrimiento del electorado y, sobre (leer más)

Política

Escocia: no, sí, ni

Más allá del resultado negativo del referéndum por la independencia del Reino Unido, buena parte de los escoceses dejó en claro que quiere vivir aparte En 1752, Inglaterra adoptó el calendario gregoriano. El jueves 14 de septiembre vino después del miércoles 2 de septiembre. En Escocia hubo disturbios. “¡Devuélvannos nuestros once días!”, gritaban. Ingleses y escoceses, unidos desde 1707, discrepaban por el tiempo. Dos y siglos y medio después, la disputa continuaba. Esta vez, por el afán de los ingleses en adelantar los relojes una hora durante todo el año, quitando una hora de luz por la mañana y sumándola por la tarde. De nuevo estallaron los escoceses, renuentes a dejarse convencer por jugadores de cricket, propietarios de tabernas, criadores de perros y ambientalistas interesados en ganarse la hora extra. Como Estado Independiente, Escocia se consolidó en las guerras de la independencia contra los anglos entre finales de siglo XIII y comienzos del siglo XIV. La batalla que más recuerdan los escoceses, la de Bannockburn, fue en 1314, hace justo 700 años. La fecha simbólica (leer más)