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Sociedad

Más jubilados que niños

En 2008, Kathleen Casey-Wilkens cumplió 62 años de edad y, con ellos, el inexorable destino de los baby boomers: se jubiló. Esa generación, nacida entre 1946 y 1964 en los Estados Unidos, está en vías de ser superada por las siguientes. No se trata de un fenómeno único. Cada segundo, según las Naciones Unidas, dos personas cumplen 60 años en el mundo. A este ritmo, hasta América latina dejará de estar poblada de rostros juveniles. En 2036 habrá más adultos que menores; en 2050, un cuarto de la población estará tramitando el retiro. Esa franja se triplicará e igualará en proporción a la de los países desarrollados. Por el descenso de la natalidad, los movimientos migratorios y la mayor esperanza de vida, los sexagenarios serán tres veces más que ahora a mediados del milenio, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Población (Unfpa). Los mayores de 80 años, dice el informe «Envejecer en el siglo XXI: una celebración y un reto», pasarán de un 1,6 por ciento de la población en la actualidad (leer más)

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Política

Durmiendo con el enemigo

Mientras camina por la playa, Joaquim Sassa encuentra una piedra “pesada, ancha como un disco, irregular”. La arroja al mar. “Como no llevaba bolsillos ni bolsa para guardar sus hallazgos, devolvía al agua los restos muertos cuando tenía las manos llenas, al mar lo que al mar pertenece, la tierra que se quede con la tierra”, relata José Saramago en su novela “La isla de piedra”. Luego, Sassa entra en pánico: teme haber provocado la separación de la Península Ibérica del continente europeo. La grieta se abre a la altura de los Pirineos, “convirtiendo ríos en cascadas y avanzando los mares unos kilómetros tierra adentro”. ¿Es culpa de Sassa o de la piedra? En este año crítico para España, el impacto de la piedra arrojada por Sassa quizá sea del tenor de la voluntad de miles de catalanes que, congregados en la fiesta oficial llamada Diada y en el último partido de fútbol del Barcelona contra el Real Madrid, reclamaron la independencia. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, intentó valerse del clamor de los (leer más)

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Política

1 + 99 = Estados Unidos

En Mitt Romney encontró su voz un sector de los Estados Unidos. Son los desencantados con las políticas sociales de Barack Obama, renuentes a pagar más impuestos para atenuar la desigualdad y la pobreza. Esa minoría no responde necesariamente al Tea Party, bien representado ahora por el candidato republicano a la vicepresidencia, Paul Ryan, como en 2008 por Sarah Palin, sino a sus impulsos: siente que el gobierno a secas, como prefieren llamar los norteamericanos al denostado Estado federal, está quitándole derechos en beneficio de otros que no han hecho el mismo esfuerzo. No temen perder el empleo, la casa o el seguro médico, sino determinados privilegios. En medio de los debates presidenciales, the wail of the one percent (el gemido del uno por ciento) ha cobrado eco en la defensa de las rebajas impositivas para los más ricos y el aumento del gasto militar que hizo Romney en el primer cara a cara con Obama. En el segundo, el presidente se mostró menos cortés: le recordó que paga apenas el 14 por ciento de (leer más)

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Política

Por qué ganó Chávez

Ni el clientelismo ni la inseguridad ni la inflación ni la corrupción ni la egolatría ni la enfermedad pudieron contra la voluntad de la mayoría de los venezolanos: Hugo Chávez tiene mandato hasta 2019. ¿Veinte años no es nada, como dice tango? En los estándares europeos y norteamericanos, sin contar a México después de la rutinaria saga de siete décadas de presidentes del PRI, no cabe una democracia sin alternancia. En Venezuela, con una participación récord de casi el 81 por ciento del electorado, Henrique Capriles despertó mucha expectativa, pero no pudo contra una realidad: la mayoría prefirió lo conocido, sea bueno o malo. Antes de preguntarle a Chávez qué llevaba en los bolsillos, broche de mis entrevistas con más de 50 mandatarios de diversas latitudes, se me ocurrió plantearle si era de derecha o de izquierda. En su confortable despacho del Palacio de Miraflores, muy suelto de cuerpo, el presidente bolivariano respondió: “Soy de los dos. Creo que hubo un muro ideológico y que se derribó. Hablamos aquí, en Venezuela, de Simón Bolívar, Simón (leer más)

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Política

Brotes de nostalgia

De pronto, Mitt Romney se ufana de su “convicción y pasión arrolladoras” y dice, convencido, que el siglo XXI se perfila como el punto de inflexión en el cual “el mundo libre lidere el mundo entero”. Pierde el tiempo, como cuando intenta vanamente abrir la ventanilla del avión. Quizás algunos norteamericanos se sientan identificados con sus palabras, pero otros, algo más del 47 por ciento (en su léxico, aprovechados «que creen que el gobierno tiene la responsabilidad de cuidarlos»), se preguntan si estará dirigiéndose al electorado de China o de la India, con mayores posibilidades que los alicaídos Estados Unidos de meter baza en este mundo multipolar. No es un problema de Romney, serio rival de George W. Bush en la disputa por el récord de disparates por minuto. Hasta Barack Obama se despachó con una expresión de decibeles parecidos, acaso creyéndose Bill Clinton en los noventa: “Si alguien trata de decirles que nuestra grandeza quedó atrás, que los Estados Unidos están en decadencia, díganles: igual que el siglo XX, el siglo XXI será otro (leer más)

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Política

El bochorno es un viaje de ida

Unos años después de la estrepitosa caída de su gobierno, el ex presidente argentino Fernando de la Rúa acusó a Marcelo Tinelli, conductor de un popular programa de televisión, de haber sido el causante de su desgracia y, en cierto modo, de la consecuente crisis económica y social del país. Era una forma absurda de resarcirse de haber perdido la oportunidad de “poner término a ese espectáculo lamentable de la mofa», como definió la emulación de un mandatario lento y torpe que hacía el humorista Fredy Villarreal. Al final de su presentación, desorientado, el entonces mandatario confundió la salida y terminó siendo más gracioso que su imitador. Más allá de achacarles sus desaciertos a los demás, algo usual en algunos presidentes, De la Rúa admitió que había cometido el error de haber ido al programa para terminar con la parodia de sí mismo. La misma autocrítica podrían hacerse ahora la presidenta argentina, Cristina Kirchner, incómoda y molesta con las preguntas de estudiantes universitarios de Georgetown y Harvard, y su virtual reverso en el conflicto por (leer más)

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Política

Espías honorables

Si “la primera de todas las fuerzas que dirigen el mundo es la mentira», como postula Jean-François Revel en su libro “El conocimiento inútil”, ¿por qué no dar por sentados los rumores recurrentes sobre la necesidad del gobierno de los Estados Unidos de apuntalar a Felipe Calderón cuando asumió la presidencia de México, en diciembre de 2006, en vísperas de declarar la guerra contra el narcotráfico; los flirteos con el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva para persuadirlo de espiar a su par venezolano Hugo Chávez y de evitar a su par iraní Mahmoud Ahmadinejad, o la inquietud por la salud mental de la presidenta argentina, Cristina Kirchner? Pudieron ser viles mentiras hasta que Julian Assange, australiano, fundador de WikiLeaks, liquidó la confidencialidad de los despachos diplomáticos. Tarde, el gobierno norteamericano clausuró el Secret Internet Protocol Router Network (SIPRNet). Era el sistema de Internet que utilizaba el Ejército desde el 11 de septiembre de 2001 y a través del cual el soldado Bradley Manning, preso en una cárcel de máxima seguridad, descargó mientras estaba (leer más)

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Política

No bombardeen Buenos Aires

En la película Starship Troopers, estrenada en 1997, no queda piedra sobre piedra en una ciudad cuyas espaldas dan a pura llanura y montaña. Es Buenos Aires, versión Hollywood. En la ciudad real, con su avenida más ancha del mundo coronada por el Obelisco, la montaña más alta suele ser de basura cuando los recolectores deciden hacer huelga en demanda de mejoras salariales. Los protagonistas de la película, Johnny Rico y Carmen, argentinos que hablan inglés, juran vengarse de unos insectos gigantescos que pretenden destruir la Tierra. Ya no existen Washington ni Nueva York ni Los Ángeles, arrasadas en Independence Day y Mars Attacks! En esas ciudades, como en Moscú, caló hondo el discurso bélico de Mitt Romney, aparentemente más interesado que Barack Obama, denostado premio Nobel de la Paz, en ser el comandante en jefe de las fuerzas armadas norteamericanas. El candidato republicano exaltó el escudo antimisiles que, con vista de lince y olfato de sabueso, advierta en las alturas un misil lanzado contra su territorio, o contra el área que proteja desde Polonia, (leer más)

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Política

Igualmente desiguales

A un campesino mexicano se le atribuye haber dicho que la independencia de su país era, en realidad, “otro cura en una mula diferente”. En su léxico, el cura representaba a la clase dirigente y la mula, en sus variadas acepciones, al sistema político, adaptable según las circunstancias. La presunta reflexión del campesino mexicano, coronada el 16 de septiembre de 1821 después de once años de luchas, excede las fronteras de Chiapas. Va más allá, quizás hasta la provincia argentina de Tierra del Fuego, el fin del mundo. Desde entonces, la desigualdad ha dejado su huella en América latina, así como la pobreza en África. En tiempos de prosperidad, tanto el actual como los pretéritos, ese déficit no ha dejado de hacer mella. El continente se ha convertido en los últimos años en el más urbanizado del planeta, pero, en forma simultánea, tiene las mayores tasas de desigualdad, según el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat). ¿Qué significa esto? Que algo así como 468 millones de personas (ocho de cada diez) (leer más)

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Economía

Brasil sobrevive al éxito

Sin anteojeras ideológicas ni recelos vecinales, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha lanzado un millonario plan de concesiones para construir carreteras y mejorar ferrocarriles y aeropuertos en los próximos años. La audaz iniciativa, frente a una marcada caída del crecimiento en medio de la crisis global, recibió la bendición del sector privado y de la opinión pública, harta de lidiar con infraestructura propia del tercer mundo, y la reprobación de los empleados públicos y de la base del gubernamental Partido de los Trabajadores (PT), al cual pertenece ella misma. En otros países de América latina, el Estado ha vuelto a monopolizar ese tipo de obras. Rousseff, como su antecesor, no comulga con los denostados Chicago boys de décadas pretéritas ni con las recetas del Fondo Monetario Internacional (FMI), pero tampoco se siente atada al discurso político anclado en los años setenta, ahora remozado por otros líderes regionales, por el cual es bueno aquello que sea público y es malo aquello que sea privado. Se trata de una ex guerrillera que, como su par de (leer más)

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Política

Una campaña insalubre

En 1995, la madre de Barack Obama murió de cáncer después de lidiar con la aseguradora por el pago de sus medicamentos. Tenía 53 años. El presidente de los Estados Unidos lo recordó cuando firmó, con 20 bolígrafos diferentes, su ley más preciada y cuestionada: la reforma del sistema de salud. Cada promotor de la reforma recibió uno de esos bolígrafos, incluido Marcellas Owens, pequeño de 11 años que perdió casi en las mismas circunstancias a su madre, dejada a la buena de Dios por la compañía que, en principio, debía velar por su vida. Si gana las presidenciales, Mitt Romney se propone vetarla, por más que el vilipendiado plan de Obama, llamado Obamacare, se parezca al que impulsó cuando era gobernador de Massachusetts. Mucho pesa en esa decisión la elección de su ladero, el candidato a vicepresidente Paul Ryan, representante por Wisconsin y miembro del Tea Party. Los republicanos prometen mantener sin cambios el programa para los mayores de 55 años y lanzar una opción de bonos para los menores, pero, según Obama, “no (leer más)

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Política

El juicio del siglo

Desde la renuncia del presidente Fernando Collor de Mello en 1992, cual resguardo para evitar un juicio político por corrupción, no han dejado de acechar los fantasmas de ese flagelo en Brasil. La actual presidenta, Dilma Rousseff, debió deshacerse de su mano derecha y sucesora en el cargo de jefa de la Casa Civil (o jefa de ministros), Erenice Guerra, por sospechas de haber participado de una firma de cabildeo que manejaban familiares de ella y de haber ayudado a compañías privadas a obtener contratos y préstamos bancarios estatales para proyectos de obras públicas. La recaudación iba a nutrir las arcas del Partido de los Trabajadores (PT). Idéntico destinatario iban a tener los fondos del llamado mensalão (mensualidad), traducido en sobornos a los diputados de partidos afines para que votaran proyectos del gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva. Por ese escándalo, siete años después de que estallara, tres ex ministros y 35 políticos, banqueros, financieros y empresarios desfilan por el Tribunal Supremo, dispuesto a dilucidar el caso más grave de corrupción y desvío de (leer más)

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Política

Condenados a reelección perpetua

Le había prometido a su esposa, Anne Malherbe, que, al finalizar su gestión, iban a radicarse en el país del cual ella es oriunda, Bélgica. Rafael Correa, presidente de Ecuador desde 2007, dice ahora que es “muy probable” que sea candidato en 2013 a pesar de haber sido relegido en 2009 al amparo de la reforma constitucional que promovió; de decidirse, le permitiría prolongar su mandato hasta 2017. En Bolivia, el gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) prevé para 2014 la segunda reelección de Evo Morales, presidente desde 2006. En la Argentina, un run-run parecido pregona para 2015 la segunda reelección de Cristina Kirchner, vedada por la Constitución. En algún momento, todo presidente se siente superior al resto de los mortales. Lo es, en verdad. El mundo tiene poco más de 7.000 millones de habitantes. La cantidad de países varía, según la aceptación de los otros, entre 193 (los miembros de las Naciones Unidas) y 204 (los participantes de los Juegos Olímpicos de Londres). Son un puñado los tocados por la varita mágica del poder. El (leer más)

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Política

La candidatura de Churchill

En el Salón Oval había un busto de Winston Churchill. Barack Obama ordenó retirarlo en 2009. En su primera visita al nuevo presidente, el entonces primer ministro británico, Gordon Brown, debió llevárselo. Lo dejó en la residencia de su embajador en Washington. Había sido un préstamo de Tony Blair a George W. Bush en virtud del vínculo que iban a tejer desde 2001. Lo coronaron con la declaración conjunta de la guerra contra Irak. En sus memorias, “el negro de nombre extraño”, como se define a sí mismo Obama, aborrece las torturas padecidas por su abuelo en Kenia durante el régimen colonial británico. No sabía que iba a ganar el premio Nobel de la Paz. Sustituyó el busto de Churchill, obra del escultor Jacob Epstein, nacido en los Estados Unidos, radicado en Londres, por otro del primer presidente republicano de su país, Abraham Lincoln, mentor de la abolición de la esclavitud. Curiosamente, otro republicano, Mitt Romney, promete reponer el busto de Churchill, hecho en bronce, si gana las presidenciales. Es una forma de colocar las (leer más)

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Política

La verdad tiene dueño

En vísperas de las presidenciales de Venezuela, previstas para el 7 de octubre, Hugo Chávez (@chavezcandanga) y su rival, Henrique Capriles (@hcapriles), se sacan chispas en 140 caracteres. Es el máximo por mensaje que admite la red social Twitter, popularizada en el ámbito político por Barack Obama (@BarackObama), el primer líder mundial que se creó una cuenta. Fue el 5 de marzo de 2007. Poco después, el ahora presidente electo de México, Enrique Peña Nieto (@EPN), estrenó la suya, pero lejos está de alcanzar a su futuro par de los Estados Unidos en la cantidad de seguidores: poco menos de un millón contra casi 18 millones. Ni Twitter ni otras redes sociales promovieron la Toma de la Bastilla o la Revolución Rusa, pero su uso se ha difundido tanto que un tercio de los líderes mundiales apela ahora a esa vía de comunicación para difundir actos y proclamas, según el estudio Twiplomacy, de Burson-Masteller, que analiza 264 cuentas de gobiernos de 125 países. No siempre son los mandatarios sus autores, excepto el presidente español, Mariano (leer más)