Política

El convoy de la libertad

Así como la ultraizquierda y sus versiones descafeinadas se apropiaron de la expresión derechos humanos como si las revoluciones de ese signo los hubieran respetado, la ultraderecha se florea con una palabra clave: libertad. En los Países Bajos, el Partido por la Libertad tiene un fuerte sesgo xenófobo, al igual que en Estados Unidos el minoritario Partido Estadounidense de la Libertad, sucursal de la supremacía blanca emparentada con Donald Trump y los muchachos trumpistas. El nuevo hit, Freedom Convoy 2022, no sólo representa un movimiento de camioneros que se resisten a vacunarse contra el coronavirus. El convoy de la libertad, replicado en Francia, Alemania, Finlandia, Bélgica, el Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda, enarbola una protesta mancomunada contra la llamada dictadura sanitaria. ¿El precio en Canadá? La cabeza del primer ministro, Justin Trudeau, tildado por Trump de “lunático de la extrema izquierda”. ¿El costo? Las demoras de varias horas ponen en riesgo el suministro de productos frescos, ganado, repuestos de vehículos y otros bienes en Estados Unidos. ¿La ganancia? Los organizadores recaudan fortunas en plataformas (leer más)

Economía

Desechada la ley, hecha la trampa

La filtración masiva de los Panamá Papers es un signo de los tiempos: coincide con el inminente final del secreto bancario en Suiza Un par de meses antes de la divulgación de los Panamá Papers, el fiscal general de Suiza había advertido a las compañías estatales de Malasia que corrían el riesgo de una malversación de fondos del orden de los 4.000 millones de dólares. No era usual que destapara la lata de gusanos, como suelen decir los investigadores, el país más reservado del planeta, últimamente salpicado por el caso Petrobras en Brasil; las tropelías de los dirigentes de la FIFA, empezando por su ex presidente suizo, Joseph Blatter; el procesamiento por fraude fiscal de Jérôme Cahuzac, ex ministro de Presupuesto de Francia, y la financiación irregular de partidos políticos en España. El aviso de Suiza sobre un fondo de inversión del gobierno malayo, conocido como 1MDB, provocó un escándalo. También dejó entrever un inminente y abrupto giro en un ámbito tan discreto y oscuro como el de las cuentas bancarias y las compañías offshore. (leer más)

Política

El hombre del Watergate

Falleció el mejor periodista de su generación, Ben Bradlee, editor de The Washington Post y responsable de la investigación que forzó la renuncia del presidente Nixon Los protagonistas del llamado escándalo del siglo respetaron durante tres décadas el pacto de honor que habían sellado con Mark Felt, subjefe del FBI durante el gobierno de Richard Nixon, hasta que él mismo decidió develarlo en 2005. Era Deep Throat (Garganta Profunda), el informante de Bob Woodward y Carl Bernstein, periodistas de The Washington Post, encargados de la investigación del caso Watergate. “Supe quién era un año después de la renuncia de Nixon, pero no puedo abrir la boca hasta que llegue el momento”, se excusó antes de la revelación el editor Ben Bradlee durante una charla informal en su oficina del Post. Todo había comenzado el 17 de junio de 1972 con la detención de cinco presuntos ladrones en la sede del Comité Nacional Demócrata, opositor, instalada en el complejo Watergate, de cara al río Potomac. Un llamado de teléfono aguijoneó el olfato de los editores del (leer más)

Cultura

Un poco de amor francés

La revelación del romance del presidente François Hollande con la actriz Julie Gayet casi coincide con un nuevo aniversario del escándalo de Bill Clinton con Monica Lewinsky Enero era fatal para Bill Clinton. También lo es para el presidente de Francia, François Hollande. Eso parece, al menos. El 23 de enero de 1992, el semanario sensacionalista Star publicó las confesiones de Gennifer Flowers, cantante de clubes nocturnos de Arkansas, sobre el supuesto romance que mantenía con Clinton. Era el comienzo del fin de la carrera de un gobernador vitalicio, a pesar de sus tempranos 45 años de edad, a quien se le había cruzado la loca idea de ocupar la Casa Blanca después de cometer un pecado carnal, engañar a su esposa Hillary, y otro patriótico, negarse a ir con las tropas a Vietnam. Uno peor que el otro. Seis años después, en 1998, casi en la misma fecha en que estalló el escándalo en 1992, el 21 de enero, Clinton se desayunó con un sobresalto: –No vas creer esto, Hillary, pero… –meneó la cabeza (leer más)