Sociedad

Periodistas versus trolls

Pueden ser enemigos declarados o simples individuos que se esconden detrás de las pantallas. O, peor aún, pueden ser “mercenarios de la información en línea” que se alistan en “ejércitos de trolls” creados por regímenes autoritarios. En ambos casos, según Reporteros sin Fronteras (RSF), el fin es el mismo: callar a los periodistas que difunden contenidos que les molestan. Están dispuestos a emplear métodos violentos, agrega el informe Acoso en línea a periodistas: cuando los trolls arremeten contra la prensa. Son predadores de la libertad que se valen de las nuevas tecnologías para expandir su modelo represivo. “Estos déspotas hacen que sus mercenarios agredan a los periodistas y les disparen en el mundo virtual de la misma manera en que otros lo hacen en las zonas de guerra”, dice Christophe Deloire, secretario general de RSF. Los asocia con regímenes autoritarios, como los de China, Rusia, India, Turquía, Irán y Argelia, entre otros. El fenómeno de los trolls (usuarios de redes sociales que publican contenidos ofensivos o falaces en internet) también se ha multiplicado en países (leer más)

Sociedad

Preparen, apunten, periodista

Gleydson Carvalho fue asesinado a tiros mientras conducía su programa en Radio Liberdade FM, de Brasil, el tercer país más peligroso de América latina para ejercer el periodismo después de México y Colombia Sin mediar palabra, dos personas ingresaron en los estudios de Radio Liberdade FM, en el municipio de Camocim, Ceará, al noreste de Brasil, y ejecutaron a balazos al conductor de uno de sus programas, Gleydson Carvalho, el jueves 6 de agosto de 2015. Se habían hecho pasar por anunciantes. El periodista, apodado Amigão (Amigo), murió camino al hospital. Había recibido amenazas por sus denuncias contra la corrupción. No se trató de un hecho aislado. Ocurrió en un país cuyo gobierno, sus políticos y su establishment tambalean por la crisis de Petrobras y las derivaciones de la operación Lava Jato (Lavado de Auto). La absurda muerte de Carvalho lejos estuvo de los enjuagues de Brasilia, donde la presidenta Dilma Rousseff debió deshacerse de varios de sus colaboradores por sospechas de corrupción y enfrenta los coletazos del llamado mensalão (mensualidad), traducido en sobornos a (leer más)