Catalejo

Las dos caras de Putin

Halagos, bromas sobre deportes y lecciones de historia. Sobre ello versaron las conversaciones de Vladimir Putin en 2000, durante su primer mandato, con Bill Clinton, según documentos desclasificados por el National Security Archive, organismo no gubernamental con sede en la Universidad George Washington. A la luz de la última cumbre de Putin con Donald Trump en Alaska, veinticinco años después del comienzo de su ristra de elecciones y reelecciones y de aquel mano a mano con Clinton, algo ha cambiado, más allá del paso de las presidencias de George W. Bush, Barack Obama y Joe Biden, y de la primera de Trump. Los documentos, escritos por Strobe Talbott, subsecretario de Estado durante el gobierno de Clinton, muestran a Putin en su momento más colaborativo y prooccidental, “esperando la integración plena de Rusia en el sistema de seguridad europeo e inclusive en la OTAN”. Redondea ambos anhelos con una frase sorprendente: “Estoy contento”. El enfoque agresivo de ese momento hacia la guerra en Chechenia, con su respaldo a la fuerza en lugar de la negociación, rima (leer más)

Política

¿Alto el fuego a tres bandas?

De ser por Donald Trump, Volodimir Zelenski debe ceder la región del Donbás y renunciar a su aspiración de recuperar la península de Crimea, arrebatada en forma ilegal en 2014, y de incorporarse a la OTAN para alcanzar un principio de acuerdo con Rusia. La oferta no es del presidente de Estados Unidos, sino de su alter ego ruso, Vladimir Putin. Sin las garantías de seguridad que reclaman los siete aliados europeos que arroparon al mandatario ucraniano en la Casa Blanca, donde el 28 de febrero había sido humillado, el virtual alto el fuego a tres bandas podría patinar en la primera curva. En medio de las negociaciones, Trump mantuvo un diálogo telefónico de unos 40 minutos con Putin. Algo inusual en esas cumbres, quizá tanto como la camaradería en la reunión bilateral que mantuvieron unos días antes en Alaska, territorio ruso comprado por Estados Unidos en 1867. Putin, imputado por crímenes de guerra por la Corte Penal Internacional en 2023, fue recibido con alfombra roja en la Base Conjunta Elmendorf-Richardson y paseó en La (leer más)

Política

Paz a plazo fijo

Si la OTAN nació para joder a Estados Unidos, como soltó Donald Trump en su primera reunión formal de gabinete, Vladimir Putin tiene aún más méritos. En el festival de  aranceles que reparte a diestra y siniestra, el presidente norteamericano amenaza a Rusia y sus socios bélicos con un 100% de aranceles adicionales si no termina la guerra contra Ucrania en 50 días y, contradictorio al fin, le promete ayuda militar a Volodimir Zelenski, después de haberlo avergonzado en el Salón Oval, vía OTAN, a la que puso entre la espada y la pared si no aumenta del 2% al 5% sus gastos de defensa. En medio de la crisis del atlantismo con la OTAN, Trump se bambolea en sus críticas contra Putin y contra Zelenski. Con uno está enfadado por no haber cesado la agresión contra Ucrania: “Mis conversaciones con él son muy agradables, y luego los misiles estallan por la noche”. Con el otro también está que arde porque le parece poco dispuesto a comprometerse en un tratado de paz. Pacto que, aclaremos, (leer más)

Otras voces

«Argentina debería aprovechar a Japón y a China para balancear su crecimiento»

Por Marcos Gonzalez Gava Nobumasa Akiyama, profesor de la Escuela de Políticas Públicas e Internacionales y de la Escuela de Posgrado de Derecho de la Universidad de Hitotsubashi, Tokio, dialogó por segunda vez con ReporteAsia durante este año, cubriendo una cantidad de temas entre desnuclearización, seguridad, política japonesa e internacional. La primera ocasión en la que nos encontramos fue en enero, en Japón, cuando visitamos el país del sol naciente para realizar una serie de entrevistas dedicadas a cubrir distintos aspectos de la geopolítica nipona. En este caso, el también investigador visitante del Instituto Japonés de Asuntos Internacionales y miembro de The Asia-Pacific Leadership Network for Nuclear Non-Proliferation and Disarmament (APLN), estuvo en Buenos Aires en su primera visita a América Latina en el marco de la celebración de la “Exposición sobre las bombas atómicas y la paz de Hiroshima y Nagasaki: Hacia los 80 años desde el bombardeo”. Se trata de un evento que ​​ya recorrió 58 ciudades de 20 países desde 1995, dedicado a mantener viva la memoria de los ataques nucleares sobre (leer más)

Actualidad

El desconcierto ideológico

La derecha alternativa, mentora de Donald Trump y del Brexit, entre otras falencias dignas de Matrix, no es liberal. Esa nueva derecha, como la llama el presidente de Argentina, Javier Milei, puede estar de acuerdo con la derecha moderada de liberales y conservadores en la importancia de preservar las virtudes en sociedades libres y civilizadas o en contener la marea colectivista de las izquierdas, pero está lejos de coincidir en el papel del individuo, de la comunidad y del Estado, esgrime Lorenzo Bernaldo de Quirós, académico asociado del Cato Institute. Si hubiera un diálogo socrático entre liberales y conservadores, no coincidirían en las causas ni en las soluciones del desmadre global. Liberales y libertarios, como se identifica la nueva derecha, permanecieron bajo el mismo alero durante la Guerra Fría. No pudieron asomarse mientras el comunismo soviético acechaba como un francotirador en un mundo dividido en dos. Eran una suerte de coalición que necesitaba una razón para cobrar o recobrar el aliento y la identidad. “Este tipo de conservadurismo defendía el deber del hombre de buscar (leer más)

Actualidad

El GPS de Armenia avisa: recalculando

En un mundo en blanco y negro, el GPS de Armenia trina: recalculando. Está más cerca de la Unión Europea y de la OTAN que de Rusia. Lo dejó entrever con suma prudencia el canciller de ese país, Ararat Mirzoyan, durante una breve visita a Buenos Aires. La aproximación a Occidente, se apresuró a aclarar, no guarda relación con la de Ucrania, envuelta en una guerra sin fin contra Rusia, sino con la reivindicación de un territorio avasallado, Nagorno Karabaj, a expensas de Azerbaiyán. Miles de residentes de etnia armenia debieron huir mientras una misión de paz rusa miraba al costado. Eso ocurrió en septiembre de 2023 en un enclave del Cáucaso Sur en disputa tras la desintegración de la Unión Soviética. En los papeles, la República de Artsaj, como la llaman los armenios, forma parte de Azerbaiyán, pero se trata de un Estado independiente de facto. Más de 100.000 personas debieron refugiarse en Armenia después de la guerra. Quedan 10 o 15. “En Nagorno Karabaj hubo una limpieza étnica”, concluyó Mirzoyan. Una pieza del (leer más)

Política

La encerrona entre Ucrania y Gaza

Entre dos fuegos, Joe Biden condena la invasión de Rusia a Ucrania y procura aplacar la represalia de Israel contra la Franja de Gaza después de la masacre cometida por el grupo terrorista Hamas el 7 de octubre. Una es una guerra de convencional y de desgaste de un enemigo de Estados Unidos, Rusia, contra un Estado constituido, Ucrania, con casi 700 días de rutina sin visos de desenlace. La otra está aún en carne viva, con rehenes israelíes en tierra de nadie. O de un brazo de Irán, también enemigo de Estados Unidos, al cual el primer ministro israelí, Benjamin Netayanhu, pretende exterminar. El doble rasero es un juego peligroso, concluye Patrick Wintour en el periódico británico The Guardian. Como dejó dicho Richard Haass, presidente del Council on Foreign Relations, “la coherencia en política exterior es un lujo que los responsables políticos no siempre pueden permitirse”. Solo ocho países, entre ellos Israel, Estados Unidos, Micronesia y Nauru (el más pequeño del mundo después del Vaticano y Mónaco), se opusieron en diciembre al alto el (leer más)

Cultura

Cápsulas para entender la guerra

En las últimas dos décadas, los atentados del 11 de septiembre de 2001, la crisis financiera de 2008, la anexión rusa de la península de Crimea en 2014 y la maldita pandemia de 2020 marcaron el pulso de la política mundial. Sobre llovido, la guerra contra Ucrania “posiblemente sentó las bases, al menos por lo que resta de esta década, de una descomposición internacional con perspectiva incierta”, concluye Alberto Hutschenreuter en su nuevo libro, El descenso de la política mundial en el siglo XXI, publicado por Editorial Almaluz. Hutschenreuter, doctor en Relaciones Internacionales, despliega en 351 páginas aquello que llama “cápsulas estratégicas y geopolíticas para sobrellevar la incertidumbre”. Lo de cápsulas, supongo, tiene que ver con su devoción por el café, que también convierte en estratégico cada vez que se sienta a la mesa de un bar y despliega sus vastos conocimientos. Un placer escucharlo y, en esta ocasión, leer aquello que el ajetreo periodístico muchas veces, por razones de fuerza mayor, resume en la coyuntura. En su libro, Hutschenreuter observa que vivimos en un (leer más)

Cultura

En defensa de la identidad croata

Desde tiempos remotos, Croacia pasó a ser un mural del cristianismo, como la llamó el papa León X en 1519, pero alberga numerosas órdenes religiosas a las cuales pertenen científicos, artistas y profesores que conformaron, entre infinitas dificultades, la identidad del pueblo croata entre episodios valerosos y vergonzosos que hilvanaron reyes y dinastías en tiempos de paz y de guerra. En esa gesta tuvieron gran protagonismo las mujeres, no siempre reconocidas. Si bien Croacia parece ser un país joven por su reciente independencia de Serbia en 1991 y los trámites posteriores para el ingreso en la ONU, la Unión Europea y la OTAN, la historia de su pueblo se remonta a tiempos inmemoriales. Los croatas fueron los primeros eslavos en adoptar la religión cristiana hace 14 siglos, como le gustaba recordar al papa Juan Pablo II y como lo cuenta Carmen Verlichak Vrljicak, periodista, licenciada en letras y miembro de la Academia Argentina de Artes y Ciencias de la Comunicación, en el primer tomo de la saga Croacia. Desde el Principio, publicado por la Editorial (leer más)

Actualidad

Juegos a dos bandas

En vísperas del encuentro entre Vladimir Putin y Xi Jinping en Samarcanda, capital del antiguo sultanato de Uzbekistán y corazón de Asia, estalló otra guerra. La de Azerbaiyán y Armenia por Nagorno Karabaj. Un desafío para Rusia, garante del cese el fuego acordado después de seis semanas de combates y de 6.500 muertos en 2020. Si bien ninguno de los dos se atribuyó el primer tiro, el presidente azerí, Ilham Aliyev, con el apoyo de su par turco, Recep Tayip Erdogan, aprovechó la ocasión para marcar el terreno y desnudar la debilidad del primer ministro armenio, Nikol Pashinian, asediado en casa por su plan de ceder el territorio en disputa. El precio para Armenia significaría renunciar a un enclave cuyos habitantes consideran propio desde siempre. En especial, desde que terminó la guerra separatista en 1994, más allá de que en los papeles pertenezca a Azerbaiyán. La tregua precaria, tras dos días y más de 200 muertos, no supuso el final de una causa delicada que ambos asocian con la reivindicación de sus derechos. El conflicto (leer más)

Cultura

Una ambigüedad inquietante

La decisión de Vladimir Putin de reconocer la independencia de las provincias ucranianas de Donetsk y Luhansk y de lanzar al rato su mentada operación militar especial contra Ucrania siguió un patrón. El de “desnazificar” a un país con un presidente judío. Absurdo, pero real, excusa de la propaganda de guerra. El descalabro no comenzó en 2022, sino en 2014, cuando Putin ordenó a los suyos ocupar y anexar la península de Crimea. O mucho antes, en realidad, cual réplica de la táctica de Rusia en las últimas dos décadas para mantener su influencia en los dominios de la antigua Unión Soviética. El resentimiento de Putin encuentra un eje en la “ampliación de la OTAN hacia el sur de Europa central”, de modo de rodear a Rusia y uno de sus aliados, Serbia, como expone Alberto Hutschenreuter, doctor en Relaciones Internacionales, en el libro Ni guerra ni paz, publicado por la Editorial Almaluz. Se trata de una “anomalía estratégica” y de “un factor de inestabilidad continental”, señala Hutschenreuter “La expansión, agrega Hutschenreuter, conferenciante de la (leer más)

Economía

Guerra de desgaste

En los primeros 23 días de la invasión a Ucrania, iniciada el 24 de febrero, Rusia gastó algo así como 19.900 millones de dólares, según economistas y asesores del gobierno ucraniano enrolados en el Center for Economic Recovery. Un dineral. La ofensiva relámpago, como pretendía Vladimir Putin que fuera la mentada operación militar especial, pasó a ser una guerra de desgaste contra el gobierno de Volodimir Zelenski, privándolo de suministros, bloqueando su acceso al Mar Negro y provocando una estampida de millones de refugiados. Una campaña de largo aliento. La única artillería disponible de Estados Unidos, Europa y sus aliados para frenar las ínfulas de Putin, ante el impedimento de una respuesta militar por no verse agredido ningún país miembro de la OTAN, se concentró en las sanciones contra Rusia y la ayuda a Ucrania. Parte significativa de las reservas rusas, más de 600.000 millones de dólares, quedó bloqueada por el paquete de restricciones comerciales y financieras. El costo económico creció en forma considerable, así como el más importante, el humano, con miles de muertos, (leer más)

Actualidad

Propaganda de guerra

Palabras prohibidas en los medios de comunicación de Rusia: invasión, ofensiva y guerra. El Roskomnadzor, Servicio Federal para la Supervisión de Telecomunicaciones, Tecnologías de la Información y Medios de Comunicación del gobierno de Vladimir Putin, apela a la censura ante cualquier intento de distorsionar la embestida contra Ucrania y, por las dudas, restringe en acceso a las redes sociales. No vaya a ser que los ciudadanos de a pie se enteren de las víctimas de la brutal agresión de sus bravos militares contra civiles desprotegidos o armados de apuro. Lo han visto, de todos modos. Réplica de Europa: bloqueo en Google, Facebook, Instagram, YouTube y otras plataformas de la agencia de noticias Sputnik y del canal de televisión Russia Today (RT). No vaya a ser que los ciudadanos de a pie se dejen convencer por la versión rusa del TEG a través de los medios de propaganda del gobierno Putin, emparentados con la ultraderecha europea y con los oligarcas de finanzas congeladas que mantienen el status quo del Kremlin. Represalia de Rusia: bombardeo de la (leer más)

Política

La versión rusa del TEG

Primero se mezclan las cartas. Luego, los jugadores ponen fichas de colores, que representan ejércitos, en un mapamundi alternativo. No puede haber dos ejércitos en el mismo país. Cada jugador debe cumplir dos objetivos. Gana el primero en alcanzarlos. Las reglas del Plan Técnico y Estratégico de la Guerra, juego de mesa más conocido como TEG, cuadran con la estrategia de Vladimir Putin: fijar el límite de facto de Rusia al depositar buena parte de sus fichas en las provincias ucranianas de Donetsk y Lugansk mientras acumula otras en la península de Crimea y Bielorrusia. ¿China ataca a Kamchatka?, como en el juego de mesa. Peor aún: Europa asiste a uno de sus mayores conflictos bélicos desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Putin tiró los dados y ordenó la embestida contra bases militares y defensas antiaéreas en toda Ucrania, así como el desplazamiento de tropas en Mariupol, a la vera del mar de Azov, y el puerto sureño de Odessa. Pese a estar en las hipótesis de las agencias de inteligencia ucranianas y (leer más)

Actualidad

Punto de inflexión

El punto de inflexión en matemáticas es el momento en el cual la función cambia de tendencia. Una función puede tener varios puntos de inflexión o, quizá, ninguno. La recta no tiene un punto de inflexión. En la recta, Rusia desplegó fuerzas militares y realizó ejercicios en Bielorrusia para torcer la voluntad de los ucranianos de Kiev de estrechar lazos con la OTAN. El eventual asalto, descafeinado por Vladimir Putin, chocó con el escepticismo de su par de Estados Unidos, Joe Biden, y con las dudas de la Unión Europea. El intríngulis mantiene en vilo a todo el mundo frente a la posibilidad de una guerra que, en realidad, nadie quiere. El Ministerio de Defensa de Rusia ilustra la supuesta desescalada con imágenes de trenes que llevan vehículos blindados y tanques por un puente de Crimea, la península anexada en 2014. No hay carteles. ¿Vuelven a Rusia o van a Ucrania? Otra inquietud, planteada por el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg: ¿por qué no se repliegan también las tropas? Porque Putin se resiste (leer más)