Política

Escocia: no, sí, ni

Más allá del resultado negativo del referéndum por la independencia del Reino Unido, buena parte de los escoceses dejó en claro que quiere vivir aparte En 1752, Inglaterra adoptó el calendario gregoriano. El jueves 14 de septiembre vino después del miércoles 2 de septiembre. En Escocia hubo disturbios. “¡Devuélvannos nuestros once días!”, gritaban. Ingleses y escoceses, unidos desde 1707, discrepaban por el tiempo. Dos y siglos y medio después, la disputa continuaba. Esta vez, por el afán de los ingleses en adelantar los relojes una hora durante todo el año, quitando una hora de luz por la mañana y sumándola por la tarde. De nuevo estallaron los escoceses, renuentes a dejarse convencer por jugadores de cricket, propietarios de tabernas, criadores de perros y ambientalistas interesados en ganarse la hora extra. Como Estado Independiente, Escocia se consolidó en las guerras de la independencia contra los anglos entre finales de siglo XIII y comienzos del siglo XIV. La batalla que más recuerdan los escoceses, la de Bannockburn, fue en 1314, hace justo 700 años. La fecha simbólica (leer más)