Actualidad

Cambio de época en Argentina

En Argentina, dos más dos no suman cuatro, observaba antes del balotaje Orestes Enrique Díaz Rodríguez, profesor investigador en Ciencia Política de la Universidad de Guadalajara, México. Basaba esa anomalía empírica, como la definió, tanto en la adhesión de la excandidata presidencial Patricia Bullrich, la gran derrotada en las generales, al candidato libertario Javier Milei, la gran sorpresa desde las primarias, como en el repunte del ministro de Economía, Sergio Massa, en un país quebrado por la inflación y las penurias sociales. Ganó Milei y, en cierto modo, rompió el sistema. En ese entramado, Milei colgó la motosierra de la campaña y abrazó a Bullrich, tildada de “montonera tira bombas”. Massa sustituyó de facto a un presidente prácticamente ausente e irrelevante, Alberto Fernández, desahuciado por propios y extraños con una reprobación exorbitante. Detrás de Bullrich, a su vez, estuvo el expresidente Mauricio Macri, el gran ganador del duelo, por más que haya encendido la mecha para dinamitar su propio espacio, Juntos por el Cambio, en beneficio de Milei. Detrás de Massa estuvo la vicepresidenta Cristina (leer más)

Política

Voto miedo por voto bronca

El voto miedo de las presidenciales derrocó al voto bronca de las primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO). En apenas 70 días, el ministro de Economía de Argentina, Sergio Massa, revirtió el magro resultado obtenido el 13 de agosto. Desde ese día, Javier Milei ocupaba el centro del ring. Pasó a ser la contracara de la vicepresidenta y expresidenta Cristina Kirchner, ensimismada en sus causas judiciales por corrupción y desentendida del gobierno que creó con un presidente ausente, Alberto Fernández. Desentendida, también, de su candidato, reprobado en un país con una inflación brutal apenas inferior a la de Venezuela y a la de Líbano. Massa y Milei deberán dirimir el 19 de noviembre quién será el próximo presidente. Un dilema en medio de una campaña electoral agotadora e interminable en la cual la remontada de Massa se debe a todas luces al descarado plan platita. Traducido: compra de votos con fondos públicos. Y, asimismo, al miedo que sembraron los suyos frente a una eventual victoria de un candidato excéntrico de prédica agresiva que, entrenado como (leer más)

Política

Presidentes, hijos y entrenados

A menudo los hijos se nos parecen, canta Serrat, pero no siempre nos dan satisfacciones. El primer presidente de izquierda de la historia de Colombia, Gustavo Petro, cumplió su primer año de gobierno envuelto en un escándalo que involucra a su hijo mayor, Nicolás Petro Burgos, el único que ha seguido sus pasos políticos. Petro Burgos, diputado de la Asamblea Departamental del Atlántico, el más rico del Caribe, está en prisión domiciliaria después de haber sido detenido por enriquecimiento ilícito y lavado de activos. La trama involucra a su exesposa, Day Vásquez, también arrestada, y a narcotraficantes. No se trata de un caso excepcional. Como no todo se resuelve en familia, el presidente Petro enfrenta las sospechas de la Fiscalía General de Colombia sobre el financiamiento ilegal de la campaña de 2022. Está en duda si utilizó dinero de procedencia dudosa y si se excedió en los gastos permitidos. Antes del arresto de su hijo, Armando Benedetti, exjefe de su campaña, exembajador en Venezuela y expresidente del Senado, había insinuado en audios que cobraron estado (leer más)