Política

El asesinato de una reputación

En los primeros seis meses de gestión del presidente Javier Milei, el 37 % de las agresiones contra periodistas provino del gobierno, según el Foro de Periodismo Argentino (Fopea). “La mayoría, agrega el informe, fue hecha por el propio presidente de la Nación”. Un récord y una paradoja. Aquello que era atribuido a los sucesivos gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, con su tirria hacia la prensa tradicional, giró a la derecha, si ellos eran de izquierda, con epítetos corregidos y aumentados sin más pruebas que los latigazos presidenciales. Palabra mayor desvalorizada por el intento de domesticar voces críticas. Eso también ocurría con los Kirchner y sus ministros, cómodos con periodistas convertidos en propagandistas y medios de comunicación afines que, nobleza obliga, eran premiados con la pauta de publicidad oficial, ahora suspendida. ¿Qué gana Milei con la hostilidad mientras sume al periodismo en la deslegitimación? Tiempo y distracción frente a una sociedad doblegada desde la crisis de 2001. En apenas dos semanas, Milei atacó a 33 periodistas y 12 medios de comunicación. Otro récord: 45, (leer más)

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Argentina protesta a tres bandas

Javier Milei sacudió el tablero político argentino al convertirse en el precandidato presidencial más votado en las primarias para elegir a los postulantes para los comicios generales de octubre en un país golpeado por la inflación, la inseguridad y la corrupción. Lo explica Liliana De Riz, doctora en Sociología, miembro de número de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas y profesora de la Universidad de Buenos Aires, investigadora superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), en el programa Cuarto de Hora, de CADAL TV: “En Argentina hay una profunda crisis de representación y Milei es la manifestación». A diferencia del bipartidismo tradicional, con dos coaliciones en pugna, Argentina asiste a un duelo entre tercios. El único aspirante por La Libertad Avanza puso en jaque la hegemonía de las dos coaliciones que se han alternado en el poder en los últimos años, Juntos por el Cambio y Unión por la Patria, en medio de una enorme frustración popular con la clase política. “Yo no veo un voto ideológico en Milei, sino (leer más)