Investidura contra natura
A veces, los acuerdos entre las cúpulas levantan ampollas en la ciudadanía. El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, camino a su nueva investidura, conformó a los suyos. No todos de acuerdo en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) con el método aplicado para torcer un resultado electoral adverso. El de la repetición apresurada de las elecciones, el 23 de julio, después de la debacle de la izquierda, el 28 de mayo. Sánchez perdió frente al candidato por el conservador Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, pero, para quedarse en la Moncloa, recurrió a seis partidos pequeños (entre ellos, EH Bildu, la izquierda soberanista vasca, heredera de la banda terrorista ETA) y a un prófugo de la justicia de su país. Un mal trago para parte de los socialistas, renuentes a pactar con el partido Junts de Carles Puigdemont, el prófugo en cuestión, y con su rival, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), después del referéndum ilegal con el cual se propusieron declarar el divorcio de España. ¿Qué les ofreció Sánchez a cambio de sortear nuevas elecciones (leer más)