Política

¿Justicia o venganza en Bolivia?

Treinta años de prisión pidió el ministro de Justicia y Transparencia de Bolivia, Iván Lima, para la expresidenta Jeanine Áñez, detenida en forma preventiva durante cuatro meses que, ante la posibilidad de fuga, pasaron a ser seis. La acusan de terrorismo, sedición y conspiración. Causas, en apariencia, de la renuncia de Evo Morales, en 2019, después de haberse presentado para un cuarto mandato en las elecciones a pesar de haber sido vetado en el referéndum de 2016. Áñez, trasladada de la cárcel de mujeres a Obrajes a la de Miraflores cuando creyó que iba a ser asistida por un cuadro de hipertensión, aduce que no provocó el mentado Caso Golpe de Estado. Tanto machacan los llamados progresistas latinoamericanos con la teoría del lawfare, cual guerra judicial o jurídica contra gobiernos salpicados por escándalos de corrupción, que uno de los suyos, el de Luis Arce, exministro de Economía de Morales, culpa a Áñez del golpe de Estado, pero pasa página de uno de sus artífices en caso de haberlo sido, Luis Fernando Camacho, nuevo gobernador de (leer más)

Sociedad

Las curas milagrosas

El miedo no es zonzo. La gente tampoco. No toda, en realidad. Un hombre de Arizona, de sesenta años y monedas, murió el 23 de marzo de 2020 después de seguir al pie de la letra un consejo del entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump. La cura milagrosa del coronavirus, interpretó el hombre, consistía en ingerir un limpiador de peceras que contenía la supuesta sustancia mágica: la cloroquina, aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos para tratar la malaria, el lupus y la artritis reumatoide. El “cambio de juego”, en palabras de Trump, llevó al hombre a la tumba y a su mujer a ser internada de urgencia. Desde ese momento clave, mientras el mundo comenzaba a familiarizarse con los confinamientos y los cierres de fronteras, tanto Trump como otros líderes lanzaron campañas de desinformación que la Organización Mundial de la Salud (OMS) resume en una sola palabra: infodemia. Politizaron la pandemia con drogas y brebajes no probados por la ciencia. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, promovía la hidroxicloroquina, pariente de la (leer más)

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Toques de queda en Italia

Varias regiones de Italia establecieron toques de queda entre las 23 o la medianoche y el amanecer, de modo de frenar la pandemia. Eso sucede en Roma, Nápoles y Milán, capitales de Lacio, Campania y Lombardía, respectivamente, así como en Calabria y Piamonte. Lejos de estar cerca del final de la odisea, la segunda ola, como la llaman a pesar de que nunca terminó la primera, ha llevado a otros países de Europa a imponer medidas similares que restringen, entre otras actividades, los vuelos regulares, como cuenta Laura Grassi, azafata de Alitalia. “Un estornudo puede despertar alarma entre los pasajeros”, dice desde Roma. En Argentina, con una cuarentena aún más extendida y restringida, la economía no da respiro. El dólar no tiene techo y la crisis no tiene piso frente a la ausencia de un plan económico. “¿Cuánto vale un dólar?”, se pregunta Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano. “Pese a la exitosa conclusión de la restructuración de la deuda y la existencia de (leer más)

Política

Vuelta de tuerca en Bolivia

Vuelta de tuerca en Bolivia. El vicepresidente electo, David Choquehuanca, presagiaba el fin del capitalismo y de la Coca-Cola cuando era canciller de Evo Morales. Le había puesto fecha: el 21 de diciembre de 2012, último día del decimotercer baktún (ciclo de 144.000 días en la cuenta larga del calendario maya). No era broma. Tampoco iba a ser broma otro fin, el del ciclo del primer presidente indígena de la historia boliviana, a raíz del desaguisado desatado tras las elecciones del 20 de octubre de 2019. Ni iba a ser broma que el eterno ministro de Economía de Morales, Luis Arce, fuera el artífice del retorno del Movimiento al Socialismo (MAS) al Palacio Quemado. Entre tantas vueltas, o idas y vueltas, los bolivianos temían una catástrofe en el octubre siguiente, el de la crisis sanitaria global, antes de las elecciones del 18, “cuando todavía compartíamos las largas filas en busca de gasolina y atiborrábamos nuestros refrigeradores temiendo el fin del mundo (tal cual ya lo habíamos vivido un par de veces este año)”, apuntaba la (leer más)

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El dilema boliviano

El pueblo boliviano sigue sumido en el desconcierto y en el caos después del final precipitado del gobierno de Evo Morales. La senadora Jeanine Áñez, en su papel de presidenta interina autoproclamada, promete la convocatoria a elecciones por decreto si la Asamblea Legislativa, dominada por el Movimiento al Socialismo (MAS), no concilia un proyecto de ley. “Hay una especie de espíritu revanchista bastante sostenido por parte de una elite que se sintió desplazada y por parte de una clase media que vio caer su signo de distinción y parece volver con mucha fuerza, pero el Movimiento al Socialismo todavía tiene un peso significativo en el electorado”, observa Bruno Fornillo, doctor en ciencias sociales, historiador e investigador del Conicet. Morales y Áñez son las dos caras del dilema boliviano La Fiscalía abrió una investigación contra el Morales por los delitos de sedición y terrorismo en respuesta a la difusión de la grabación de un diálogo telefónico en el que supuestamente da instrucciones de bloquear los caminos y “no dejar pasar alimentos” a las ciudades. Morales y (leer más)

Política

Fraude, golpe y viceversa

Floja de papeles, con apenas un tercio de aprobación legislativa, la senadora opositora Jeanine Áñez se autoproclamó presidenta de Bolivia tras la renuncia de Evo Morales y de su plana mayor. En tiempos de convulsión global, con Chile en llamas, Ecuador en suspenso, Panamá en vilo y Haití en caos, entre otros desbordes, el apuro por llenar el vacío de poder llevó a Áñez, vicepresidenta segunda del Senado, a asumir en forma interina el gobierno con una legitimidad dudosa. Acaso como la de la vicepresidenta de Perú, Mercedes Aráoz, tras la decisión del Congreso de suspender al presidente, Martín Vizcarra, resuelto a disolverlo. Aráoz duró menos de 24 horas en el cargo. En el caso de Bolivia, como en el de Venezuela cuando Juan Guaidó se autoproclamó presidente encargado, el gobierno de Estados Unidos, al igual que el de Brasil y pocos más, se apresuró a reconocer a Áñez como presidenta. Morales, asilado en México tras las irregularidades con tono de fraude en las elecciones del 20 de octubre denunciadas por la Organización de los (leer más)