Política

Cuatro años menos

No fue una elección, sino un referéndum. Un referéndum sobre Donald Trump en una sociedad dividida, cercada por la pandemia e inquieta por la economía. La revista The National Interest se preguntaba en su portada de septiembre: “Who’s worse? (¿Quién es peor?)”. Resultó ser Trump, pero, fino detalle, obtuvo seis millones de votos más que en 2016. El presidente electo, Joe Biden, pasó a ser el candidato más votado de la historia, con 73,7 millones de votos. Lo menos pensado: superó a Barack Obama, de quien fue ladero durante dos mandatos, acaso por el momento excepcional en el cual se desarrollaron las elecciones. La imagen de Estados Unidos roza sus mínimos históricos, según el Pew Research Center. Cuatro años más o four more years era lo habitual para un presidente en ejercicio. Después de la Segunda Guerra Mundial, sólo Jimmy Carter y George Bush (padre) no reincidieron. Perdieron frente a Ronald Reagan y Bill Clinton, respectivamente. La excepción: Gerald Ford, sucesor de Richard Nixon, obligado a renunciar por el caso Watergate. Trump sucumbió con su (leer más)

Sociedad

La guerra contra las estatuas

El derribo de la estatua Edward Colston, en Bristol, Inglaterra, cobró relieve como parte de las protestas globales por el brutal asesinato de George Floyd en Estados Unidos. ¿Quién era Colston? Un traficante de esclavos que compró, vendió y transportó entre 1672 y 1689 a unos 80.000 africanos en un barco de su propiedad. ¿Merecía la estatua de bronce, erigida en 1895? Su fortuna, cuando murió, pasó a manos de organizaciones benéficas y, por eso, calles y monumentos de la ciudad aún llevan su nombre. No importó el origen del dinero, sino el fin. Lo recuerdan como un filántropo. La estatua de bronce de Colston fue arrancada de cuajo y arrojada al puerto. Idéntico riesgo corren 78 monumentos de personajes históricos considerados racistas en el Reino Unido. La lista, elaborada por el sitio Topple The Racists (Derribar a los racistas), tiene una consigna: parar a Donald Trump. En Estados Unidos, varias efigies de Cristóbal Colón también resultaron dañadas o decapitadas. Otras fueron retiradas, como ocurrió en Buenos Aires, detrás de la Casa de Gobierno, para (leer más)