Política

Cien años en cien noches

Franklin Delano Roosevelt concedió 100 días al Congreso de Estados Unidos para la sanción del paquete de leyes del New Deal. Desde entonces, 1933, son la gracia que pide todo presidente nuevo para ser evaluado. En su discurso inaugural, John Fitzgerald Kennedy también aludió a los 100 días. Que quedaron inscriptos en la historia mucho antes, como los transcurridos entre la fuga de Napoleón de la isla de Elba y la batalla final de Waterloo, aunque, en realidad, hayan sido 116. Lejos de esos episodios, Donald Trump desacreditó la marca en su primer mandato. La llamó “estándar ridículo”. Curiosamente, Trump hizo por ese motivo el primer viaje oficial de trabajo dentro del país desde que asumió su segundo mandato, el 20 de enero. En el condado de Macomb, Michigan, bastión electoral republicano en el cual operan las industrias automotrices General Motors, Ford y Stellantis, insistió en golpearse el pecho a 100 días de haber asumido el cargo por haber impulsado el cambio más profundo en Estados Unidos en 100 años. Y advirtió: “Solo acabamos de (leer más)

Cultura

De carne somos

“Para este país la carne es todo: es alimento, es política, es economía y es encuentro”, concluye el historiador Felipe Pigna en su nuevo libro, Carne, una pasión argentina, publicado por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA). Una recopilación formidable desde la introducción del ganado bovino por Pedro de Mendoza en su frustrada fundación de Buenos Aires en 1536 y su incorporación en la dieta ciudadana en 1580, cuando Juan de Garay funda definitivamente la metrópoli, hasta el fin de semana pasado, cuando algún argentino habrá echado leña, carbón o ambos a la vez en la parrilla para degustar el plato nacional por excelencia. Cuenta Pigna que el general José de San Martín llevó toneladas de carne vacuna en forma de charqui y centenares de ganado en pie para alimentar a sus tropas en su campaña libertadora, que comenzó con el cruce de los Andes. Una hazaña que iba a incrementar en forma considerable el capital de estancieros como los Dorrego, los Rosas, los Terrero, los Anchorena y los Urquiza. La (leer más)

Cultura

Locos por el golf

Obama ama este deporte como Clinton y la mayoría de los mandatarios norteamericanos, pero, en su caso, las molestias que ocasiona cuando lo practica suelen convertirse en un bumerán político En China, Bill Clinton recibió como una bendición la pregunta de un tal Lee, oyente del programa Ciudadanos y sociedad, de la Radio Popular de Shanghai: “Un amigo y yo notamos que usted está envuelto en varias actividades y se lo ve saludable, con buena figura, señor presidente. ¿Qué deporte practicaba en la universidad y cómo hace para mantener la energía en su trabajo?”. Transcurría 1998. Era el momento más difícil de su presidencia, jaqueada por su relación con Monica Lewinsky. La oposición republicana amenazaba con someterlo a un impeachment (juicio político). Estábamos todos pendientes en ese viaje de un eventual resbalón en suelo enjabonado. El tal Lee permanecía a mi lado, fuera del estudio, expectante. Parecía bien entrenado con el micrófono. Clinton, del otro lado del vidrio, era el primer mandatario norteamericano que visitaba China tras la masacre de Tiananmen, en 1989. Debía lucirse (leer más)