
El nuevo realismo, versión Trump
Lo llaman nuevo realismo. Se trata de una forma elegante de explicar la política exterior de Estados Unidos. Algo así como un reconocimiento de las esferas de influencia sin incurrir en el intervencionismo del pasado con el fin de evitar conflictos con grandes potencias, como China, más allá del zarandeo mutuo de porcentajes y sanciones. La guerra comercial transita ahora por otra vía: Donald Trump amenazó con imponerles aranceles desproporcionados a las importaciones de 14 países. Entre ellos, aliados como Japón, Corea del Sur, Tailandia y Bangladesh. ¿Cómo lo comunica? Por carta. A la antigua. Por esa razón, el secretario de Estado, Marco Rubio, canceló sus visitas a Tokio y Seúl. Una señal de las renovadas tensiones. En respuesta, el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, sometido a acusaciones sin fundamento de persecución de blancos en su país cuando estuvo en el Salón Oval con la ingrata compañía de su compatriota Elon Musk, luego separado del gobierno norteamericano, sostuvo que el arancel del 30% que Trump pretendía imponerle lejos estaba de ser acertado. El presidente en (leer más)