Política

Brotes, rebrotes y rebotes

Los brotes de rabia en Hong Kong comenzaron el 9 de junio de 2019 por una provocación. Un proyecto de ley iba a permitir la extradición de sospechosos de delitos a China. La iniciativa, impulsada por la jefa ejecutiva, Carrie Lam, con el consentimiento del régimen de Xi Jinping, marchaba a contramano del estatus de la región administrativa especial desde que dejó de ser una colonia británica. “Un país, dos sistemas”, según la Ley Básica de 1997. Los brotes derivaron en rebrotes en otras latitudes en solidaridad con aquellos que, desde el primer minuto, no dejan de ganar las calles para exigir que se respeten sus derechos. Las protestas en Estados Unidos comenzaron casi un año después, el 25 de mayo de 2020, en medio de la crisis sanitaria global, por otra provocación. El brutal asesinato de un ciudadano negro, George Floyd, bajo la rodilla de un policía blanco, Derek Chauvin, enardeció a Black Lives Matter (Las vidas negras importan). El colectivo nació curiosamente en 2013, durante el gobierno del primer y único presidente norteamericano (leer más)

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May tiró la toalla

Esta vez resultó ser la definitiva. La primera ministra británica, Theresa May, anunció con lágrimas en los ojos su dimisión al cargo y a la conducción del Partido Conservador. Tres años después de que el referéndum del Brexit forzara la renuncia de su predecesor, David Cameron, May tiró la toalla por haber sido incapaz de manejar la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Su renuncia será efectiva el 7 de junio para poder ser anfitriona entre el 3 y el 5 de ese mes del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. May se mantendrá como primera ministra interina mientras da tiempo al Partido Conservador a poner en marcha la sucesión, que podría durar hasta ocho semanas. El rechazo de los conservadores al último intento de salvar su plan del Brexit incluía un guiño a los laboristas con la posibilidad de un segundo referéndum. Fracasó. El divorcio tiene plazo fijo: el 31 de octubre. Además Las represalias del gobierno de Estados Unidos contra la empresa Huawei suponen un nuevo capítulo en la guerra comercial (leer más)

Economía

El otro muro de Trump

La guerra comercial entre Estados Unidos y China tiene una faceta inquietante. La del muro que pretende levantar Donald Trump frente a la red de internet de quinta generación o 5G. Sigue la lógica de los chinos, en realidad. La Gran Muralla, construida y reconstruida por varias dinastías durante más de un milenio, tenía como fin proteger al imperio de los ataques de nómades provenientes de Mongolia y Manchuria. La emergencia nacional dictada ahora por Trump frente a los afanes de la compañía china Huawei responde al mismo criterio: resguardar los intereses de Estados Unidos en vísperas de la cuarta revolución industrial. Todo muro tiene un fin defensivo. El de Trump frente a México, una de sus obsesiones, intenta persuadir a los inmigrantes de ese país y del Triángulo Norte de América Central (Guatemala, Honduras y El Salvador). El otro, el tecnológico, procura frenar el predominio de China en el mercado de las telecomunicaciones. El inminente desarrollo de una nueva generación de internet, más expedita y eficaz, representa para Trump “una carrera que Estados Unidos (leer más)