Sociedad

Los fundamentalistas del aire acondicionado

¿Quién no ha sentido alguna vez la necesidad de entrar en un centro comercial para recibir un soplo fresco en un día tórrido de verano? Esa brisa reconfortante, creada a comienzos del siglo XX para conservar mercaderías, pasó primero a unos pocos sitios de esparcimiento y después a algunas casas de personas pudientes para convertirse ahora en un estandarte de la clase media. El aire acondicionado revolucionó la vida de la mayoría de los países, pero tiene una cara oculta. La negativa, vinculada con la sobrecarga de la red eléctrica y con las emisiones que calientan, o sobrecalientan, el planeta. La cantidad de aires acondicionados se disparará de 1.600 millones en la actualidad a 5.600 millones a mediados de siglo, lo cual equivaldrá al uso de la electricidad que insume en todas sus actividades el país más poblado del planeta, China. La estimación de la Agencia Internacional de la Energía, que depende de Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), entraña un riesgo: las emisiones de gases de efecto invernadero que liberan las (leer más)