Sociedad

Fe de erratas machistas

Durante un coloquio realizado en Alberta, Canadá, una muchacha le planteó al primer ministro Justin Trudeau un cambio en la regulación de las asociaciones religiosas de caridad. Nada extraordinario si no hubiera mencionado la palabra mankind (humanidad). Atento a la ola feminista que parece encontrar en cada expresión masculina una suerte de negación de la mujer, Trudeau replicó como si hubiera recibido una descarga eléctrica: “¿Podrías decir peoplekind (que se traduciría como gentidad) en lugar de mankind?”. Quiso marcarle la connotación sexista de la palabra mankind (por man, hombre) y la necesidad de sustituirla por peoplekind (por people, gente). No tardaron en brotar las burlas en las redes sociales por la corrección o el oportunismo de Trudeau. Ese tipo de observación lingüística, habitual en Canadá por ser uno de los principales impulsores de la ideología de género, se ha hecho frecuente desde que estallaron los escándalos de abuso, acoso y violencia sexual del magnate Harvey Weinstein en Hollywood. La ola de denuncias ha dejado al descubierto un deplorable secreto a voces. El de la resignación (leer más)