Economía

El TEG de Putin y el go de Xi

La batería de sanciones sin precedente contra Rusia por la repentina crisis humanitaria causada en Ucrania no surtió efecto hasta ahora. ¿Estaba preparado Vladimir Putin para enfrentar el reto financiero? Veinte días después del comienzo de la guerra, Rusia iba a caer en default (incumplimiento de pagos). Debía saldar ese día, el 16 de marzo, intereses de la deuda pública. Algo así como 117 millones de dólares. Una propina para sus arcas. Disponía de los fondos en dólares en el exterior, pero estaban congelados. Era imposible liquidar el vencimiento en rublos, moneda en caída libre a raíz de la guerra. Sobre la hora, el banco norteamericano JP Morgan aceptó el pago en dólares y, como corresponsal de Rusia, envió el dinero al Citigroup, encargado de remitirlo a los tenedores de bonos rusos. Curiosamente, el gobierno de Estados Unidos, impulsor de las sanciones codo a codo con sus aliados europeos, aprobó la transacción. El default, en caso de concretarse, iba a ser artificial, según el ministro de Finanzas de Rusia, Anton Siluanov. Era un monto testimonial (leer más)