Política

La trama oculta de los atentados en Francia

La Liga Árabe propuso la creación de una fuerza militar unificada para luchar contra el Estado Islámico mientras Al-Qaeda coquetea con su antiguo socio para aliarse contra Rusia y Occidente RIAD, Arabia Saudita.– En marzo, el secretario general de la Liga Árabe, Nabil el-Araby, daba por cerrado un acuerdo para crear una fuerza militar unificada que luchara contra el Estado Islámico (EI). Ocho meses después, más allá de las atrocidades cometidas por el grupo sunita en Siria, Irak y Libia y sus consecuencias, sobre todo la legión de refugiados que intenta arribar cada día a Europa, aquella iniciativa quedó en agua de borrajas, excepto los combates de Arabia Saudita y una decena países contra los rebeldes huthi, emparentados con Irán, en Yemen. En Siria, finalmente, han intervenido Rusia, los Estados Unidos y algunos países europeos, aunque estén enfrentados entre sí sobre el destino de Bahar al Assad. Los brutales atentados en París, con un saldo pavoroso de muertos, dejaron al descubierto la participación de Francia en los bombardeos contra el EI en Siria, rotulados con el (leer más)

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Política

Dos pájaros de un tiro

En un rato, como si nada hubiera ocurrido, el mundo pareció acomodarse sobre su eje. Los quince miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas resolvieron por unanimidad el desmantelamiento de las armas químicas de Siria tras un acuerdo entre los principales antagonistas: los Estados Unidos y Rusia. A su vez, los presidentes de los Estados Unidos e Irán mantuvieron el primer contacto directo desde la revolución islámica de 1979. El diálogo telefónico entre Barack Obama y Hassan Rouhani fue el primer indicio en varios años de la búsqueda de una salida razonable para las diferencias sobre el programa nuclear iraní. En ambos casos primaron las Naciones Unidas, organismo para el cual todo el mundo reclama una reforma integral por responder a una visión de la realidad más cercana al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando fue creado, que a la de la primera década del siglo XXI, en la cual no encajan, sobre todo, la primacía y el poder de veto de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad: los Estados (leer más)