
El salvavidas de Maduro
Armando Cañizales tenía 18 años de edad. Era violinista del Sistema Nacional de Orquestas de Venezuela, dirigido por Gustavo Dudamel. Iba a estudiar medicina. Protestaba en la calle contra el gobierno de Nicolás Maduro. Le dio un balazo en el cuello la Guardia Nacional Bolivariana. Murió. En otro país pudo haber sido un punto de inflexión en medio de la represión sin límite, de las detenciones arbitrarias, de la escasez de alimentos y medicinas, de la inflación desbocada, del reclamo por la liberación de presos políticos. En otro país, no en Venezuela. En otro país, frente a un colapso de esta magnitud, el presidente habría sido destituido o forzado a renunciar. ¿Por qué no en Venezuela? El gobierno maneja todos los resortes del Estado, excepto la Asamblea Nacional. Cuenta con la “lealtad incondicional» de las fuerzas armadas, aupadas en una elite que ha logrado sacar tajada de una economía en bancarrota. Son el salvavidas de Maduro. A sus ojos, cada muerto en las guarimbas (protestas) parece ser el culpable de su muerte. El desabastecimiento parece (leer más)