Cultura

El amanecer de Aurora

A los 14 años, Aurora Mardiganian vivía tranquilamente con los suyos en Cemisgezek, territorio otomano. Era una familia próspera. Transcurría 1915. Había comenzado aquello que, para el historiador Eric Hobsbawm, pasó a ser el primer intento moderno de eliminar a todo un pueblo. El genocidio armenio fue perpetrado entre ese año y 1923 por los Jóvenes Turcos, militares de nueva formación de la Academia de la Guerra del Imperio Otomano que estaban enrolados en el llamado Comité de Unidad y Progreso. Apoyaron a Alemania en la Primera Guerra Mundial. Los armenios eran tildados de saboteadores por su respaldo a Rusia. En ese contexto, indescifrable para una adolescente como Aurora (Arshaluys, el nombre real), su padre desoyó el consejo de un pastor kurdo sobre la inminente masacre que iba terminar con la vida de entre un millón y medio y dos millones de civiles armenios. Lo mataron, así como al resto de su familia, sometida a vejaciones que desnudaron el costado más infame de la condición humana. Ella nunca se sobrepuso al dolor de haber visto (leer más)

Política

Golpe y desmesura

Por Jorge Elías Tras el conato de golpe militar en Turquía, el presidente Recep Tayyip Erdogan se apresuró a identificar al virtual culpable: Fethullah Gülen, su socio “hasta que en 2013 se rompió esa alianza luego de que los medios de comunicación del movimiento Hizmet (Servicio) revelaron investigaciones de corrupción en el gobierno de Erdogan”, entonces primer ministro, explica Pablo Kendikian, director de la Agencia Prensa Armenia y autor de un libro sobre el líder religioso musulmán que lleva su nombre (Ediciones Ciccus, 2014). Desde entonces, continúa Kendikian, “Erdogan señaló a Gülen como el organizador de una campaña en su contra y lo acusó de terrorista”. Hizmet es una multimillonaria red de empresas, medios de comunicación, escuelas y centros educativos repartida por 140 países. Gülen, acusado de haber creado una suerte de Estado paralelo en Turquía, es un islamista, ex imán, más moderado que Erdogan. Tiene 75 años de edad y una salud delicada. Está exiliado desde 1999 en Pensilvania, Estados Unidos, donde, apunta Kendikian, todo indica que mantiene estrechos lazos con la Agencia Central (leer más)