Política

El declive del imperio

El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, ha lanzado más misiles en un año que su padre desde que empezaron las pruebas, en 2006, hasta su muerte, en 2011. El último ensayo, con un proyectil balístico intercontinental capaz de alcanzar Alaska, quiso ser «un regalo para los bastardos americanos» en la víspera del Día de la Independencia. Un regalo sin moño. Donald Trump reaccionó vía Twitter como si pensara en voz alta: “¿Este tipo no tiene nada mejor que hacer con su vida?”. Parece que no. Y parece que la respuesta de los Estados Unidos con un ejercicio conjunto con Corea del Sur, probando sus propios misiles por imperio de la fuerza, lejos estuvo de borrarle la sonrisa socarrona al excéntrico Brillante Camarada. Unos días antes de esta nueva provocación de Kim (y van…), Trump dejó dicho que se le había terminado la paciencia con Corea del Norte. Estaba a su lado, en Washington, el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in. ¿Por qué Kim se anima a desafiar a los Estados Unidos? Del (leer más)

Política

Rompan todo; paga Trump

En poco más de un cuarto de hora, lo que duró su pletórico discurso de investidura, Donald Trump rompió con el orden establecido. Y en una semana de mandato demostró con creces que no había soltado de casualidad la llamativa palabra “masacre” en esa infausta pieza de su autoría. Describió a los Estados Unidos como si estuvieran al borde del colapso. Esa visión quimérica y apocalíptica resultó ser la base argumental de un plan aislacionista en lo político, proteccionista en lo económico y xenófobo en lo social. Un plan de escasos amigos que, a su vez, no son los mejores para apuntalar la supremacía norteamericana en un planeta huérfano de líderes. Los Estados Unidos con Trump, como el Reino Unido con su salida de la Unión Europea, decidieron archivar dos siglos de hegemonía anglosajona en todos los órdenes, desde el cultural hasta el militar. En el caso de Trump, tendiendo muros físicos e ideológicos, que son aún peores que los otros, la cerrazón fortaleció en un santiamén la imagen global de sus presuntos adversarios. Es (leer más)

Política

El miedo y la ira se dieron la mano

En las primeras horas del 9 de noviembre, apenas los periodistas olfateamos el fiasco de Hillary Clinton en las presidenciales de los Estados Unidos, giramos sobre nuestros talones y, en un pispás, enfilamos hacia el hotel en el cual Donald Trump festejaba su victoria. Era una noche plomiza, lluviosa, sobre una ciudad, Nueva York, más habituada al frenesí del mediodía que a los sacudones nocturnos. Las lágrimas de los demócratas eran elocuentes. Ese día, aún incipiente, se cumplía un nuevo aniversario de la caída del Muro de Berlín o, en palabras de Francis Fukuyama, de “la universalización de la democracia liberal occidental como la forma final del gobierno humano”. El final de la historia, un diagnóstico apresurado, pasó a ser el prólogo de una nueva era en un año, 2016, signado por el Brexit y coronado por Trump como paradigmas de la demolición del orden anterior, en repudio al statu quo, y por el afianzamiento de liderazgos de sesgos autoritarios. Ganaron el miedo y la ira. Lejos de 1989. La desilusión generalizada con la globalización, (leer más)

Política

Trump aprovecha la banda negativa

Por Jorge Elías NUEVA YORK. – Durante la proclamación de su victoria en las presidenciales de los Estados Unidos, Donald Trump dejó entrever un sesgo infrecuente en estas latitudes: la arrogancia. Trump soslayó a la estructura de su partido, el republicano, y habló de la creación de un movimiento propio, personal, conformado por una legión de desencantados con los políticos tradicionales, de los cuales tomó distancia durante una campaña plagada de agravios contra su rival, Hillary Clinton, y contra determinados segmentos de la población, como los mexicanos, tildados de violadores, y los musulmanes, sospechosos de terrorismo. La fórmula de Trump, políticamente incorrecta, terminó dándole frutos inesperados como outsider (ajeno a la política) u hombre de negocios, su mote favorito, frente a encuestas que, como en las primarias republicanas, el Brexit (la salida del Reino Unido de la Unión Europea), el rechazo de los colombianos al acuerdo de paz con las FARC y otros acontecimientos, presagiaban el resultado contrario. Esa fórmula, sazonada con un discurso radical, caló hondo en la clase blanca trabajadora y rural de (leer más)

Economía

Desechada la ley, hecha la trampa

La filtración masiva de los Panamá Papers es un signo de los tiempos: coincide con el inminente final del secreto bancario en Suiza Un par de meses antes de la divulgación de los Panamá Papers, el fiscal general de Suiza había advertido a las compañías estatales de Malasia que corrían el riesgo de una malversación de fondos del orden de los 4.000 millones de dólares. No era usual que destapara la lata de gusanos, como suelen decir los investigadores, el país más reservado del planeta, últimamente salpicado por el caso Petrobras en Brasil; las tropelías de los dirigentes de la FIFA, empezando por su ex presidente suizo, Joseph Blatter; el procesamiento por fraude fiscal de Jérôme Cahuzac, ex ministro de Presupuesto de Francia, y la financiación irregular de partidos políticos en España. El aviso de Suiza sobre un fondo de inversión del gobierno malayo, conocido como 1MDB, provocó un escándalo. También dejó entrever un inminente y abrupto giro en un ámbito tan discreto y oscuro como el de las cuentas bancarias y las compañías offshore. (leer más)

Economía

China conquista América

La presunta crisis terminal del capitalismo, mil veces declamada y celebrada por presidentes de países de América latina que no dejan de ser capitalistas a pesar de su retórica anticapitalista, no parece entusiasmar a China. En el gigante asiático, uno de los pocos que se jacta de su sistema comunista, las fortunas de la nieta del padre de la Revolución Cultural, Mao Tse-tung, y de otros millonarios dignos de la revista Forbes crecen en forma impúdica, ahondando la desigualdad. De cada viaje a Pekín y Shanghai regreso con la impresión de haber visto el lujo y la miseria, pocas veces el término medio, en el país más poblado del planeta. En parte, China es más capitalista que los Estados Unidos, Europa y algunos de sus vecinos asiáticos, como Japón y Corea del Sur. La idiosincrasia y la geografía configuraron un país milenario que siempre actuó a la defensiva, actitud plasmada en las artes marciales y en la Gran Muralla. Su autoproclamado “ascenso pacífico” se ve acompañado ahora de la incursión diplomática y económica en dominios (leer más)